Un diagnóstico de I+D
Un acelerador al servicio de la medicina funcionará a partir de enero en el Centro Nacional en La Cartuja
El Centro Nacional de Aceleradores de La Cartuja, en Sevilla, ensanchará las posibilidades diagnósticas en oncología, neurología y medicina cardiovascular a partir de enero, con la puesta en funcionamiento de un ciclotrón compacto, que se dedicará principalmente a la producción de radioisótopos para el uso en Tomógrafos de Emisión de Positrones (PET). Esta técnica, que permite conocer el funcionamiento de órganos, resulta de especial relevancia en numerosas investigaciones médicas y en diagnósticos de gran trascendencia para un enfermo, como puede ser la detección de un tumor en un estadillo tan precoz que otros análisis no podrían captar.
Su alcance queda patente incluso en el hecho de que las nuevas instalaciones que albergarán este acelerador, que están en fase de construcción, incluyen un espacio reservado para los pacientes.
De la actividad del actual acelerador dependen una treintena de proyectos
Vida corta
La intención de los responsables del Centro Nacional de Aceleradores, que alberga un acelerador electrostático desde 1999, es llegar a un acuerdo con el Servicio Andaluz de Salud (SAS) para instalar un tomógrafo en las dependencias de la isla de La Cartuja que permitan analizar aquellos 'casos específicos en los que el estudio con el Flúor convencional no resulte suficiente', expone el director del Centro, Miguel Ángel Respaldiza.
El ciclotrón permitirá producir isótopos como el Carbono 11, el Oxígeno 15 o el Nitrógeno 13 que tienen una vida muy corta -no más allá de dos minutos- pero que son de gran valor en la técnica que se utiliza para descubrir el funcionamiento de órganos o tumores. Esta nueva técnica de diagnóstico ya se aplica en el hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, y el segundo complejo hospitalario andaluz que podría contar con ella es el granadino de Virgen de las Nieves.
Respaldiza señala que la financiación del tomógrafo, que puede costar alrededor de 1,8 millones de euros (300 millones de pesetas), será una de las cuestiones que tendría que contemplar el acuerdo de colaboración con el SAS. El director del CNA también destaca las aplicaciones en medicina cardiovascular del ciclotrón, que permite emplear técnicas menos agresivas que los cateterismos, o en estudios neuronales realizados para combatir enfermedades neurodegenerativas.
Uno de los equipos que se beneficiará directamente de la entrada en funcionamiento del nuevo acelerador -también está previsto un micro-PET para ensayos con animales- será el que dirige José López Barneo, que ha abierto importantes líneas de investigación en la lucha contra la enfermedad de Parkinson.
Las opciones del ciclotrón no se agotan ahí. Respaldiza destaca que incentivarán las investigaciones farmacéuticas para desarrollar nuevas moléculas. Se aprovechará también para hacer irradiaciones de componentes electrónicos, útiles en el desarrollo de satélites. Para la compra del ciclotrón y la adecuación de las instalaciones, la Universidad de Sevilla ha destinado 2,9 millones de euros, procedentes de fondos comunitarios del programa FEDER. El ciclotrón, construido en Bélgica por la empresa IBA -sólo hay cuatro que los fabriquen a nivel mundial-, costó un millón de euros.
El Centro Nacional de Aceleradores, que se inauguró en 1999, sigue siendo el único de carácter nacional de todo el territorio español, aunque la Universidad Autónoma de Madrid está poniendo en marcha uno para uso de sus equipos investigadores.
Los responsables del centro de La Cartuja han solicitado más ayudas comunitarias (FEDER) para adquirir un tercer acelerador, especializado en la producción de isótopos de interés medioambiental.
De la actividad del actual acelerador, promovido por la Universidad de Sevilla, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Consejería de Educación, dependen una treintena de proyectos y 25 grupos de investigación.
Joyas tartésicas
A diferencia del ciclotrón, los campos de actuación son muy diversos y abarcan aplicaciones en Ciencia de Materiales, Biomedicina, Medio Ambiente y Arte y Arqueometría. Entre las investigaciones presentadas en los últimos meses en foros internacionales figuran trabajos para identificar métodos de soldadura utilizados en la cultura tartésica y, en el ámbito médico, los resultados de un estudio sobre la osteoporosis, que permitió descubrir que las mejoras generadas en ratas gracias al tratamiento con estrógenos tienen una contrapartida perjudicial al aumentar los tumores de útero.
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