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El caos y el orden se juntan en el 'mundo construido' del pintor Torres-García

El Museo ICO presenta 200 obras sobre las relaciones del artista con las vanguardias

Un autorretrato de 1920 inicia la exposición Un mundo construido, con 200 obras sobre la trayectoria artística de Joaquín Torres-García (Montevideo, 1874-1949), abierta ayer en el Museo Colecciones ICO, de Madrid (Zorrilla, 3). La muestra procede del Museo de Arte Moderno de Estrasburgo, donde su conservador jefe, Emmanuel Guigon, intervino como comisario para reunir cuadros, esculturas, dibujos, juguetes y documentos. 'En Torres-García se mezclan el caos y el orden, lo mediterráneo y lo arcaico, la geometría a través de una escritura nerviosa', declara.

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El Torres-García constructor domina la exposición, abierta en Madrid hasta el 6 de enero. La retrospectiva recorre la biografía artística desde su llegada a Barcelona en 1892, sus estudios en la Escuela de Bellas Artes, la realización de conjuntos decorativos y la colaboración con Gaudí. Una de las piezas menos conocidas es el conjunto de nueve cuadros que decoraban el comedor de la casa del barón de Rialp, realizados entre 1905 y 1906.

La visión actual de Torres-García completa los montajes de los años noventa del IVAM, el Museo Reina Sofía y Bancaja, entre otros. Se han reunido cerca de 200 obras, con la colaboración de museos españoles y extranjeros, como el Museo Torres-García de Montevideo, y colecciones privadas. La versión de Madrid respeta las intenciones del comisario, Emmanuel Guigon, con las diferencias de unas 40 obras, que no se han trasladado o se han incorporado ahora. La producción del museo de Estrasburgo interesó al Museo Colecciones ICO, según dijo ayer su responsable, Isabel Sagüés.

Los primeros espacios de la muestra están dedicados al Torres-García de formación neoclásica en Barcelona, el descubrimiento del Mediterráneo y del pintor Puvis de Chavannes, hasta convertirse en una figura del noucentismo catalán, con un realismo alegórico en el cambio de siglo que se opone al modernismo. 'Más que evolución, es una revolución', señala Emmanuel Guigon al presentar la época parisina del artista, tras residir en Nueva York, Italia yVillafranche-sur-Mer, entre 1926 y 1932, en pleno fauvismo y cubismo, la abstracción geométrica de Mondrian, Arp, Hélion y la fundación del grupo Cercle et Carré. El visitante recorre las construcciones de madera de colores primarios donde priman la 'estructura' y la 'construcción universal' hasta definir el 'universalismo constructivo' lleno de signos en 'una mezcla de energías contradictorias', según el comisario. Su interés por la pedagogía aparece en sus juguetes de madera y otros aspectos son tratados también en el catálogo (español e inglés), con textos de Guigon, Carlos Pérez, Llorens, Castillo, García-Sedas, Darragon, Maldonado, Dufrêne y otros.

El cuadro <i>El café,</i> pintado por Joaquín Torres-García, en 1928.
El cuadro El café, pintado por Joaquín Torres-García, en 1928.
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