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Tribuna:DEBATE: La investigación con células madre
Tribuna
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Una opción de futuro

Qué es una célula madre? ¿Cuáles son sus propiedades? ¿Por qué la investigación encélulas madre des-pierta tantas esperanzas en el ámbito de la medicina y la biología? ¿Estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo campo? ¿Está justificada la enorme esperanza depositada en estas investigaciones? ¿Son las células madre del adulto una alternativa a las células madre de origen embrionario? Este artículo intentará contestar breve y modestamente a estas preguntas.

Una célula madre es aquella que posee las siguientes propiedades: a) cuando se divide da lugar a dos hijas iguales a la propia célula madre y, b) puede diferenciarse en otros tipos celulares. Como consecuencia de la primera propiedad, poseen una capacidad de expansión ilimitada, lo que, junto a la segunda propiedad, permite la formación de una masa suficiente de células de un determinado tejido. Es por esto que se postula que las células madre pueden ayudarnos a resolver uno de los problemas más dramáticos del mundo de los trasplantes: la escasez de órganos. No hay que olvidar que un 25% de pacientes que están esperando un hígado fallecen antes de que se produzca la donación que le salvará la vida.

Por su origen, las células madre se clasifican en células madre embrionarias, fetales y del adulto. Las de origen embrionario se obtienen de la masa celular interna del blastocisto (embrión de 5-7 días); las de origen fetal, de tejidos cadavéricos fetales de más de ocho semanas, y las del adulto, de donantes vivos o con diagnóstico de muerte cerebral. Por ejemplo, las células de la médula ósea se pueden obtener de cualquier individuo sano. Por su capacidad de diferenciación, las células madre se clasifican en totipotenciales (cuando pueden dar lugar a cualquier tipo celular), pluripotenciales (si pueden diferenciarse en varios tipos celulares) y unipotenciales, si sólo dan lugar a un tipo celular. Los tejidos que están sometidos a una renovación constante como la sangre, la piel o el epitelio intestinal poseen células madre. Se trata de células madre predeterminadas a fabricar este tejido. Y mejor que continúen así. Si, por ejemplo, una célula madre de la piel empieza a proliferar y diferenciarse en otro tipo celular a eso le llamamos cáncer. Es decir, al menos dentro de un organismo vivo existe una cierta correlación entre potencialidad y edad. Las células de las primeras fases del desarrollo embrionario son totipotenciales porque de ellas proceden cualquiera de los doscientos tipos celulares que encontramos en un organismo adulto. Si en este estadio ese grupo de células se divide en dos grupos, lo que aparecen son dos gemelos homocigotos: en términos biológicos, dos clones formados por gemelación espontánea. No hay que descartar que en los individuos adultos puedan existir células que fuera de su nicho biológico adquieran una pluripotencialidad que no poseen mientras permanecen dentro del cuerpo; ésa es la posibilidad que se está explorando en las células procedentes de los adultos.

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El supuesto debate entre quienes postulan el uso exclusivo de células procedentes del adulto y quienes defienden el uso de células madre de diferentes fuentes, incluidas las células madre de origen embrionario, no es un debate científico. Dicho con otras palabras, no es lo que se está debatiendo en los congresos y reuniones entre científicos. La idea más aceptada es que las células de origen embrionario poseen una mayor capacidad de expansión y diferenciación que las de origen fetal o del adulto. Es probable que existan células procedentes del adulto con gran capacidad de expansión y diferenciación. Un artículo reciente de la doctora C. Verfaille en la prestigiosa revista Nature describe una población celular procedente de la médula ósea con gran capacidad de expansión y diferenciación. En otros artículos se ha postulado que las células del cordón umbilical, de la placenta o de otros orígenes pueden poseer las propiedades ya descritas para células de origen embrionario. Sin embargo, otros dos artículos, publicados también en Nature por dos grupos de Edimburgo y Florida, demuestran de forma independiente que los datos en los que se basaban algunas de las observaciones sobre células madre del adulto son erróneos. La ciencia progresa así. La impresión en este momento es que necesitamos tres o cuatro años más de trabajo antes de contestar esa pregunta. El debate científico no es sobre el uso de células madre sólo del adulto frente a otras propuestas. El debate entre los científicos es sobre las propiedades y características de los diversos tipos de células, de los protocolos de diferenciación in vitro, de cómo conseguir una masa suficiente de células diferenciadas. O lo que es quizás más relevante, ¿cómo se puede reprogramar la información existente en el núcleo de una célula? Y esto nos va a llevar años.

Bernat Soria es director del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández y miembro del Grupo de Trabajo sobre Células Madre de la European Science Foundation.

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