La policía triplica la recompensa por la pista del asesino de Washington
El rifle usado tiene una precisión milimétrica a 650 metros del objetivo
Varios expertos en criminología en la nómina del FBI creen que sólo hay una manera de localizar pronto al asesino en serie de Washington: que algún familiar o amigo detecte un cambio en su comportamiento y lo comunique a la policía. Por eso la recompensa aumentó ayer de 50.000 a 160.000 euros para quien pueda facilitar algún retazo de información que conduzca hacia el autor de seis asesinatos y otros dos intentos fallidos.
Las cafeterías de Washington han cerrado las terrazas al aire libre por miedo al francotirador. El adolescente de 13 años herido el lunes a la entrada del colegio sigue en estado muy grave. La bala que atravesó su cuerpo destrozó uno de sus pulmones, el páncreas, el estómago y el bazo. Aun así, los médicos están sorprendidos por su evolución. Se mantiene en estado muy grave con respiración asistida, pero su organismo parece capaz de resistir las heridas provocadas por la bala.
No se ha encontrado el casquillo de ese disparo. La policía cree que el asesino en serie usa un rifle capaz de proporcionar precisión milimétrica para disparos efectuados a más de 650 metros de distancia (la longitud de seis campos de fútbol), lo que hace improbable que alguna vez haya testigos o que se pueda determinar el lugar exacto desde el que dispara.
El único caso similar en la historial criminal reciente acabó resuelto mediante la identificación del arma empleada. El asesino, Peter Sylvester, disparaba contra sus víctimas a larga distancia apostado a cientos de metros. Antes de apretar el gatillo, extendía una manta en el suelo para recoger el casquillo de la bala.
Sylvester, que cumple condena a cadena perpetua, encajaba en el perfil clásico del asesino en serie: un tipo enamorado de las armas que disparaba por el placer de hacerlo. Cometió un error: la policía tenía registrada una bala disparada por su fusil años antes, cuando pertenecía a otra persona. A través de los registros, no fue complicado llegar hasta él.
Proliferación de armas
El caso actual es mucho más complejo porque desde entonces proliferan las ferias locales en las que armas de todo tipo cambian de mano sin ningún papeleo. Durante el Gobierno de Bill Clinton, la Administración intentó promover una ley para crear una especie de 'registro balístico' que guardase una bala disparada por cada arma; dado que el metal del interior del cañón deja marcas únicas en las balas disparadas, el registro permitiría identificar sin margen de error el fusil empleado. La presión de la Asociación Nacional del Rifle y la oposición del partido republicano frenó aquella propuesta. Sólo unos pocos Estados la aprobaron individualmente en sus asambleas locales, entre ellos Maryland, donde actúa el asesino, pero el sistema es inservible si no se adopta en todo el país.
Anoche había ya 1.250 llamadas con información sobre el asesino, aunque ninguna parecía concluyente. Al margen de los miles de policías que trabajan en el caso, 150 expertos de cuerpos locales y federales tratan de unir los puntos para dibujar la figura del autor.
Mientras, las calles en Washington y en Maryland están claramente más vacías que de costumbre; en los colegios hubo ayer una asistencia menor que en cualquier otro día del año. La cadena de cafeterías más importante del país, anunció que cerraba sus terrazas al aire libre en la capital y los alrededores hasta que la policía capture al asesino en serie.
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