Un niño de 13 años, octava víctima de un francotirador en Washington en cuatro días
La policía busca la relación del suceso con el asesino en serie que ha cometido seis crímenes
Un único disparo a larga distancia dejó en estado crítico a un niño de 13 años que se disponía a entrar en su colegio a las ocho de la mañana de ayer. Ocurrió en el condado de Prince George, en los suburbios de Washington y al lado del lugar en el que actúa un asesino en serie. El niño se hallaba anoche en estado crítico mientras crecía la alarma. La policía investigaba ayer la relación entre el suceso y los seis crímenes anteriores atribuidos al mismo autor.
Además de las seis víctimas mortales y del chico herido ayer, otra mujer sigue desde el viernes en estado grave por un disparo realizado también a larga distancia con un fusil de asalto o de caza equipado con mira telescópica.
La policía del condado de Montgomery, en el que han muerto cinco de las seis víctimas del presunto asesino en serie, estableció inmediatamente el 'código azul' en todos los colegios -la medida prohíbe las actividades exteriores en los centros educativos- e instaló patrullas en las puertas.
El suceso de ayer tuvo lugar en el condado de Prince George, situado al noroeste de Washington junto al condado de Montgomery. Varios alumnos y padres que se encontraban en el aparcamiento del colegio Benjamin Tasker oyeron el ruido de un disparo. Un niño de 13 años cayó al suelo en un charco de sangre; su tía, que lo había acompañado hasta allí, estaba apenas a unos metros de él en el momento del disparo. Llevaron al niño rápidamente a un hospital de la zona, donde se encontraba anoche en estado crítico, aunque estable, después de haber perdido mucha sangre.
La bala le entró por el pecho. La policía trataba de determinar el lugar exacto desde el que pudo realizarse el disparo, pero de momento no se ha encontrado el casquillo. Por el tipo de herida, algunas fuentes indicaban que podría tratarse de una bala de un calibre distinto a la empleada en crímenes anteriores.
La policía mostraba anoche una precaución extrema a la hora de vincular los asesinatos anteriores con este último suceso. Un portavoz de la investigación en el condado de Prince George -un lugar en el que hay detectores de armas instalados en muchos colegios- sugirió que se estaba tratando de determinar si el niño, momentos antes del disparo, tuvo alguna disputa o alguna pelea con algún compañero de colegio.
Grabación en vídeo
Sigue sin haber ninguna pista fiable sobre el autor de los crímenes. Si quien ayer trató de matar a un niño es el mismo asesino en serie de los últimos días, puede haber cometido un error: una cámara de vídeo de la policía de tráfico graba toda la actividad en la única carretera que conduce al colegio. La policía examinaba anoche esa grabación.
Por la proximidad con la ciudad de Washington y por la naturaleza de los crímenes, el FBI y el Servicio Secreto participan también en la investigación. Ari Fleischer, el portavoz de la Casa Blanca, aseguró ayer que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se mantiene informado sobre el caso, pero rechazó pronunciarse sobre una posible vinculación con actividades terroristas: 'No he oído nada que indique algo en ese sentido. Lo importante es determinar quién es o quiénes son los autores, y para eso estamos ayudando a las autoridades locales', señaló el portavoz de la Casa Blanca.
La policía cuenta también con una nueva herramienta de trabajo. Un especialista en criminalidad geográfica ha analizado el patrón de crímenes para acotar con fiabilidad el lugar aproximado de residencia del autor de los crímenes. Esta ciencia se ha usado con éxito en la resolución de crímenes en Canadá. Según el mayor experto en la aplicación de esta técnica policial, Kim Rossmo, el análisis de los crímenes permite 'detectar un patrón de comportamiento; si entendemos ese patrón, podemos descodificarlo', aseguró.
Disparos en lugares públicos
Hay varios elementos comunes en la manera de actuar del asesino o los asesinos: los disparos se efectúan en lugares públicos, las víctimas son escogidas al azar y dentro de un territorio relativamente pequeño. A partir de ahí, Rossmo cree poder establecer lo que llama 'margen de comodidad' del asesino: el lugar ni demasiado lejano ni excesivamente cercano en el que se siente seguro.
La mujer herida de un disparo el viernes, en este caso a 70 kilómetros del condado de Montgomery, mejoraba ligeramente de las heridas provocadas por una bala que atravesó su cuerpo y se incrustó en su coche.
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