El ex embajador de México en Cuba vaticina una ruptura de las relaciones con la isla

El ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, insistía el lunes en Washington sobre un acuerdo migratorio con Estados Unidos, cuando su embajador en La Habana, saliente, le acusó de llevar las relaciones con Cuba hasta 'el borde de la ruptura', y de haberle conminado a ejecutar 'acciones subversivas' contra la revolución cubana. Pero Estados Unidos es prioritario para Castañeda, un acuerdo migratorio completo beneficiaría a 3,5 millones de compatriotas indocumentados y, probablemente, las imputaciones reforzarán su predicamento entre los sectores de la Administración estadounidense que antes recelaban de su pasado izquierdista.

Ricardo Pascoe, perteneciente al opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), izquierda, fue nombrado embajador en La Habana hace dos años, coincidiendo con el comienzo del Gobierno del conservador Vicente Fox, quien pretendió llevarse bien con Dios y con el diablo. No fue posible porque la militancia comunista del ministro había concluido años atrás, sus posiciones políticas y personales son hoy otras, y porque el voto de México contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra desató choques y fricciones que colocaron los vínculos en su peor momento.

'Se dice que México está a punto de romper relaciones con Cuba. ¿Tiene algún comentario?', se le preguntó al canciller al término de su reunión con el secretario de Estado, Colin Powell. Castañeda prefirió no responder. Pascoe publicó una carta abierta en la isla en vísperas de su partida y una semana después de que el presidente le sustituyera al demostrarse imposible la convivencia con quien ya no representaba su postura. Las relaciones bilaterales estallaron en abril, cuando Fidel Castro difundió una conversación telefónica con Fox en la que éste le pedía abandonar la Cumbre de Monterrey ante la inminencia de la llegada de George Bush.

'Aparte de irresponsable, esta política, que no comparto en absoluto, representa un error histórico por parte de nuestro país', manifestó Pascoe en la carta dirigida al presidente Fox. 'Cuando nos acercamos a Estados Unidos, nos alejamos de Cuba y viceversa. Esta situación nos plantea un dilema importante a los mexicanos en tiempos de la globalización. ¿Cuáles son los espacios de autonomía relativa que debemos defender...?'.

Golpe de timón

No todos en el PRD están de acuerdo con Pascoe y sus críticos le reprochan haber permanecido en el puesto pese a observar un golpe de timón que iba contra sus principios. Al Gobierno se le reprocha haber mantenido en el cargo a un político que abiertamente discrepó con sus criterios. Mientras Castañeda, y el propio Fox, destacaban la importancia de los disidentes en una eventual transición (el propio Fox se reunió con ellos en su visita a Cuba), el embajador los ignoraba.

Lo cierto es que Cuba es un factor de política interna en México y cualquier decisión sobre las relaciones bilaterales tiene un inmediato impacto en el Congreso. No existe una política común al respecto y, mientras el grueso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el PRD, en bloque, defienden las buenas relaciones con Castro, el conservador Partido de Acción Nacional (PAN) apoya al canciller, pero algunos de sus flancos se oponen al enfriamiento.