Hamás clama venganza contra Israel por intentar matar a su jefe militar
Mohamed Deif se salvó al saltar del coche tras ver a los helicópteros
Mohamed Deif no ha muerto. El responsable del ejército secreto de Hamás logró salir con vida del atentado perpetrado el pasado jueves por helicópteros israelíes en Gaza, que causó dos muertos y más de 35 heridos. La resurrección del jefe militar fundamentalista, reconocida por el Gobierno de Ariel Sharon, no ha aplacado, sin embargo, las iras del movimiento integrista palestino, que ayer aseguró al EL PAÍS: 'Vamos a atacar a Israel'.
'¿Cómo vamos a dejar de atacar a Israel? Desde luego que vamos a contestar. Hamás ya lo ha dicho muchas veces antes, que los palestinos deben responder por cada gota de sangre que provoquen los israelíes', dijo ayer Abdelaziz Rantisi, de 54 años, médico pediatra, jefe político y portavoz de Hamás, en su domicilio del barrio de Jeque Raduan, a poco menos de 200 metros en línea recta de donde el día anterior los helicópteros de combate Apache habían intentado acabar con la vida de Deif, el jefe de las milicias de Ezedine al Kassam.
Vecinos del barrio aseguran haber visto a Mohamed Deif salir precipitadamente del turismo verde en el que circulaba, en cuanto descubrió en el cielo la presencia de cinco helicópteros, que en un vuelo rasante y certero se dirigían hacia su coche, sobre el que dispararon tres misiles. El jefe militar de Hamás dejó detrás suyo a uno de sus hombres de confianza y a un guardaespaldas -Abdelrahim Hamdan e Issa Ajarem-, que perdieron la vida mientras él resultaba levemente herido. Deif fue trasladado con sigilo a un hospital del centro de la ciudad, donde se le practicaron las curas más urgentes para después desaparecer en la clandestinidad.
'¿Que si nuestra respuesta a Israel puede suponer la muerte de Arafat? Arafat sabía muy bien cuando empezó la lucha que le podía costar la vida y que la liberación de la tierra palestina es mucho más preciada que su propia vida', afirmó Rantisi. Sus declaraciones clamando venganza fueron ayer respaldadas por la mayoría de los imames de las mezquitas de Gaza en la plegaria de los viernes. Las llamadas de los jefes religiosos a escarmentar a los israelíes fueron especialmente duras en la mezquita de Palestina, uno de los principales feudos de Hamás en el centro de Gaza. Desde el púlpito, el imam se preguntaba, dirigiéndose a la Autoridad Nacional Palestina: '¿Dónde están tus armas, para qué te sirven?'. 'Sólo la sangre y el sacrificio de nuestros mártires será capaz de liberar nuestra tierra', insistió el imam.
El atentado israelí contra Deif no es un incidente aislado. Este activista, el más buscado por el Ejército israelí, ha recibido el apodo del Mercurio, por la facilidad con que se escurre entre los dedos de los servicios de seguridad. Por tres veces se ha salvado de un atentado, la última, en agosto de 2001.
Este ataque contra Deif amenaza con distanciar aún más a Hamás de Yasir Arafat. Los integristas parecen dispuestos a zancadillear las últimas maniobras de la Autoridad Palestina para reconducir la Intifada, convirtiéndola de nuevo en un movimiento popular sin armas. El diálogo que el asesor de seguridad de Arafat, Mohamed Dahlan, mantenía con Rantisi y otros líderes integristas está definitivamente bloqueado, según las palabras del dirigente de Hamás: 'Arafat nos pide que dejemos las armas y nosotros le pedimos que deje de negociar con Israel'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.