Crisis aguda en las bolsas

El Ibex 35 ha acumulado una caída del 6,19% en esta semana, lo que la convierte en la peor del actual ejercicio y confirma la entrada de los mercados en una fase aguda dentro de la tendencia bajista. La Bolsa de Madrid ha perdido el 5,44% en estas cinco sesiones.

Las razones para este empeoramiento de la situación de las bolsas son numerosas y ninguna nueva. Precisamente esa persistencia de los factores conocidos la que ha multiplicado sus efectos nocivos.

La evolución de la economía en Estados Unidos y la UE, lejos de encontrar la prometida recuperación en esta segunda parte del año, tiende a enfriarse aún más, hasta el punto de que el BCE afirmaba en su último boletín que alcanzará su ritmo normal de crecimiento en 2003.

La situación en Oriente Medio tampoco ofrece razones para el optimismo, al tiempo que las relaciones entre el Gobierno argentino y el FMI han derivado en un enfrentamiento que no promete nada bueno.

Los inversores habían apostado, aunque con reservas, por una solución gradual de todos esos problemas, y ahora los encuentran agrandados, lo que les ha forzado a deshacerse de algunas acciones más para limitar aún más los riesgos en sus carteras dentro de lo posible.

Los índices han caído a niveles de abril de 1997, lo que equivale a asumir que la burbuja especulativa provocada por el auge de las telecos ha sido borrada del mapa. El único problema es que muchas empresas cargan todavía con algunas consecuencias de aquellos excesos -la deuda de las operadoras de telefonía es un buen ejemplo- y parece que van a pasar algunos años hasta que sus efectos desaparezcan.

La cuestión ahora para los inversores es saber en qué nivel de precios se puede considerar que lo peor ya ha pasado, lo que supone que las operadoras de telefonía hayan reducido su deuda hasta límites razonables y que algunas grandes empresas terminen de efectuar dotaciones para cubrir riesgos y diferencias de tipo de cambio. Las cuentas de las grandes empresas españolas continúan bajo la presión de esos factores, y todo ello en un ambiente de persistente debilidad económica.

Las bolsas de las dos principales economías de la UE, Alemania y Francia, encabezan la lista de descensos entre los mercados de la eurozona. Francfort ya supera el 40% de descenso en este año, y París, el 37%, mientras que el Ibex 35 pierde ya el 31,40%. Estos datos son un reflejo fiel del ambiente de los mercados y consecuencia de una situación que, a estas alturas, no parece susceptible de mejorar a corto plazo.