Un bodeguero hecho a sí mismo
Florentino Monje Amestoy elabora desde Luberri, en Elciego, unos vinos caracterizados por su independencia
Hay un puñado de bodegas en la Rioja Alavesa que responden con precisión a la máxima de 'hecho a sí mismo'. No hay grandes inversiones de constructoras o entidades financieras detrás; tampoco pertenecen al selecto grupo de las firmas centenarias, ni se mantienen en el ámbito de los vinos de cosechero que tanta fama han dado a la comarca. Son aventuras personales, con muchas horas de trabajo detrás, afición por el riesgo y por la elaboración de nuevos vinos.
Caso paradigmático de estas pequeñas empresas familiares es Luberri, en Elciego. Nombrar Luberri en esta localidad es citar inmediatamente a Florentino Monje Amestoy, un hombre decidido que ha creado su propia bodega en el tiempo libre que le dejaba el trabajo para otros, hasta que se pudo independizar hace unos lustros.
En 1976, cuando se casó, Florentino Monje y su esposa estaban empleados en otra firma de Elciego. En su tiempo libre, comenzaron a comprar viñas y fincas sin plantar, con el propósito futuro de crear su propia bodega. Paso a paso, Monje Amestoy fue configurando una buena selección de tierras, entre las que se cuentan parte de las que puso Domecq a la venta a principios de los años ochenta.
En esos años, empieza a vender la uva que coge a las grandes bodegas del pueblo. Pero era una operación con muy poco futuro, y no por los ingresos que obtuvo en alguna cosecha, porque ya en aquel tiempo hubo años buenos. La intención de Florentino Monje era desde el principio elaborar su propio vino.
Comenzó, hacia 1985, con su participación en una cooperativa que trataba de cambiar la cara a la labor de estas organizaciones en Rioja Alavesa. La experiencia fue más que insatisfactoria para la mayoría de los socios, lo que le hizo regresar a la iniciativa personal.
Su primer año en solitario (1990) vendió el vino a otra bodega y fue el último en el que el fruto de sus desvelos no tenía un control total hasta el último momento. En 1991, apareció el primer Luberri del año, con el reconocimiento de los medios especializados. En 1994, entraron las barricas de roble americano y francés en la bodega, que ofrecieron su primer fruto al público en 1996. A partir de entonces se han sucedido los reconocimientos a sus trabajos en crianza, reserva, y, sobre todo, a ese Cepas Viejas elaborado a partir de las uvas de la Finca de los Merinos, con unas cepas de 55 años de media.
Ésta es la joya de quien sobrevivió, cuando tenía cuatro años, a una intoxicación de anhídrido carbónico producida por la fermentación de la uva.
Quizás la superación de aquel episodio le haya dado oxígeno a Florentino Monje para sacar adelante no sólo su bodega sino la aplicación de nuevas técnicas en la elaboración del vino.
BODEGAS MONJE AMESTOY. Dirección: Belasquillo, s/n. Elciego (Álava). Visitas: Previa confirmación en el teléfono 945 606010 Viñedo: 37 hectáreas de tempranillo (95%) y cabernet sauvignon. Vende vino en bodega.
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