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Reportaje:

El caro gusto por el tapeo

Manuel Chaves y Antonio Ortega inauguran en Sevilla el IV Congreso Mundial de la Gastronomía y el Vino

Sitúense. Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla. Allí se celebra, desde ayer y hasta el domingo, el IV Congreso Mundial de la Gastronomía y el Vino. El encuentro, que fue inaugurado por el presidente de la Junta, Manuel Chaves, y su consejero de Turismo y Deportes, Antonio Ortega, reúne a 330 expositores y algo más de un centenar de congresistas, gastrónomos, críticos y cocineros, que debatirán sobre la comida y su entorno durante estos días.

Pues bien. El visitante, que abona 5 euros por sumarse a la fiesta, se da un paseo por el citado espacio expositivo, en el que instituciones regionales, denominaciones de origen, bodegas y empresas alimentarias muestran y promocionan lo mejor que tienen (¡ay!, ¡cómo huele el jamón de Huelva!). Cuando uno anda ya desesperado, a la vista de que los manjares expuestos sólo los degustan hombres con corbata y elegantes señoras, y con los cinco sentidos en máxima excitación, urge una solución.

El propio cónclave la ofrece. En el pabellón contiguo, bajo el epígrafe de Expo Universal de la Tapa, una decena de bares y restaurantes andaluces (pese a que la publicidad oficial habla de 20, con establecimientos del resto de España y el extranjero) da de comer y beber al visitante con una muestra de lo mejor de cada casa. Una cancha para disfrutar del andaluz arte del tapeo.

El visitante, sediento y con hambre, se agarra a una de las barras y, en platos y con cubiertos y vasos de plástico, degusta una delicia de la tierra. Y al pedir la cuenta, después de haber tenido que adquirir a la entrada del pabellón unos vales para pagar, descubre lo costoso de su afición. No menos de dos euros por tapa; la cerveza entre 1 y 1,5; y el café, a euro por taza. Más caro que en la calle.

El propio presidente del congreso, Juan Carlos Alonso, reconocía ayer, con el cónclave recién inaugurado, que los hosteleros que participan en la Expo de la Tapa han elevado mucho sus precios aunque, pese a todo, se mostró agradecido hacia los empresarios ya que 'con su participación nos han apoyado más que las instituciones públicas'.

Pese a todo, Alonso estaba ayer satisfecho y orgulloso por ver su 'utopía hecha realidad'. Aunque los expositores y los bares son lo que conocerá el gran público, el presidente del congreso destaca la oportunidad que éste da a los participantes de 'razonar sobre lo que se come', argumento con el que él define la palabra gastronomía.

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Los congresistas debatirán diez ponencias sobre temas relacionados con la gastronomía como el turismo, la salud, la cultura, la dieta mediterránea, los productos del mar, los cárnicos o la seguridad alimentaria.

Ayer, en uno de los bares de la Expo de la Tapa almorzaba disimuladamente una de esas autoridades en la materia que participa estos días en el congreso. Con 80 años, menuda y divertida, Asako Kishi es experta en nutrición y crítica gastronómica en Japón. Recién llegada la noche anterior a Sevilla, en su primera visita a España, sólo había probado la comida local en la cena y el almuerzo que todavía degustaba pasadas las 15.00. 'Está todo rico, pero me ha llamado mucho la atención el queso y el jamón, que es el mejor que he probado. Mucho mejor que el italiano', decía. Kishi confía en que la española quite el puesto de cocina extranjera más aceptada en su país a la italiana en muy poco tiempo. Hasta allí llegará, quizás, el caro gusto por el tapeo.

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