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Un estudio académico destaca los vínculos del navarrismo contemporáneo con el franquismo

Tres profesores publican la primera investigación sobre los orígenes de la ideología

El navarrismo contemporáneo presenta fuertes vínculos con el franquismo que 'incomodan' a sus actuales dirigentes y constituyen la base del desinterés de esta ideología por conocer sus orígenes, en los que las fronteras entre el navarrismo y el prenacionalismo éuskaro y el nacionalismo vasco fueron 'muy porosas y permeables'. Ésta es una de las conclusiones destacadas que extraen los profesores Ángel García-Sanz (Universidad Pública de Navarra), Iñaki Iriarte (UPV) y Fernando Mikelarena (Universidad de Salamanca) de la investigación que han realizado para escribir Historia del navarrismo (1841-1936). Sus relaciones con el vasquismo, que acaba de editar la UPNA.

Los tres autores subrayan que el navarrismo constituye hoy 'la ideología dominante en Navarra', pero destacan la imposibilidad de atribuir al término un significado unívoco ya que, desde su creación, ha servido para identificar ideologías antagónicas, incluso en sus relaciones con el incipiente nacionalismo vasco, aunque no obstante, todas tuvieran una marca identitaria común: la defensa de un proyecto político diferenciado.

Si hoy el navarrismo tiene en el rechazo a la unión con Euskadi y en su conservadurismo dos de sus más firmes rasgos, la evolución histórica del término revela el riesgo de la simplificación y la 'visión estereotipada' con que el nacionalismo vasco ha definido una concepción de identidad 'que se impone una y otra vez en las elecciones' desde hace más de un siglo, recuerdan los investigadores.

García-Sanz, Iriarte y Mikelarena han elaborado un novedoso estudio académico que huye de la 'legitimación de ideologías' y rechaza la práctica de la 'memoria selectiva', además de postular la necesidad de 'repensar la historia', reconociendo la complejidad de las construcciones políticas y de pensamiento que la han jalonado.

Academia y patria

'En los últimos años, se exige a los historiadores algo tan contradictorio como hacer historia académica y hacer patria', señala García-Sanz. 'Es algo bastante difícil de conciliar, que ha derivado en una auténtica guerra de la historia que pone de relieve la vigencia de la frase orwelliana de que quien controla el pasado, controla el futuro', añade.

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Para evidenciar el alcance de la manipulación de ese pasado y su complejidad, los autores describen el amplio abanico de opciones políticas, sociales y de identidad que se han desarrollado bajo el mismo navarrismo: una liberal, dividida en sus relaciones con el nacionalismo vasco (colaboración o enfrentamiento), otro navarrismo conservador, un tercero republicano e incluso un cuarto grupo, el de los éuskaros o napartarras, que también reivindicaron el término.

'La mayor parte de los navarristas reconoció, siquiera parcialmente, la identidad vasca de Navarra', apunta Iriarte. No obstante, siempre fueron conscientes de la existencia de otra Navarra ajena a lo vasco y reivindicaron la pluralidad social dentro de una unidad territorial vertebrada en la defensa de los fueros. El navarrismo, incluso, elaboró una doctrina sobre la especificidad vasca de Navarra y sus diferencias sobre el carácter vascongado o vasco de las provincias que conforman la actual Euskadi.

La investigación sigue la oscilación de las derechas y las izquierdas respecto al concepto de la propia identidad territorial. A comienzos de siglo, las primeras eran vasquistas frente a una postura mayoritariamente navarrista de la Diputación foral, los liberales y la izquierda. Dos décadas después, ambos bloques comienzan a deslizarse al punto contrario, un cambio acelerado por el advenimiento de la República, la rebelión franquista y la guerra.

En líneas generales, el vasquismo en Navarra fue patrimonio de la derecha, como los autores constatan, pero, en contra de su tradición histórica, se alejó de él durante el franquismo. Tras la guerra civil, el vasquismo pasó en buena medida a ser un referente de la izquierda de la comunidad foral por su componente 'antifranquista'.

El estudio constata que 'la heterogeneidad histórica del navarrismo ha contribuido a que carezca tanto de elaboraciones teóricas sistemáticas como de trabajos que narren su formación y desarrollo'. Los autores consideran que no es casual que desde el propio navarrismo no haya habido ningún interés en aclarar sus orígenes. 'Como toda la derecha española, tiene fuertes vínculos con el franquismo, algo que, si no le avergüenza, al menos le incomoda y le desprestigia ante parte del electorado', opinan los autores. 'Y, en segundo lugar, en lo atañe a su pasado más lejano, las fronteras del navarrismo con el prenacionalismo éuskaro y el nacionalismo vasco son muy porosas y permeables', concluyen.

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