Un robot investiga una cámara sellada en la Gran Pirámide

La egiptología convertida en el mayor espectáculo del mundo: un programa de televisión de National Geographic tenía previsto revelar ayer por la noche en Estados Unidos (esta madrugada en España), en directo desde Egipto, los secretos escondidos tras una puerta sellada al final de un conducto en la Gran Pirámide de Keops, en Giza. El canal, de unos 20 x 20 centímetros, parte de la llamada Cámara de la Reina.

El equipo encargado de la investigación, de toda solvencia científica (a cargo de Zahi Hawass, uno de los más prestigiosos egiptólogos egipcios, y del conocido especialista en pirámides Mark Lehner) ha utilizado un robot, bautizado como Pyramid Rover y que emplea la misma tecnología que ayudó a buscar supervivientes tras el ataque del 11-S, para recorrer el angosto pasaje que lleva hasta la misteriosa puerta tras la que se supone la existencia de una cámara o cripta. El robot debía ahora practicar un agujero e introducir una minicámara. En aras del show, los egiptólogos han asegurado desconocer qué aguardaba más allá. Incluso, con mucha sensatez, han advertido que simplemente podría no haber nada. Lo que no ha sido óbice para todo tipo de elucubraciones acerca de estatuas, papiros o herramientas.