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Protestas en el inicio del nuevo curso escolar ante la masificación de las aulas y la falta de profesores

Media docena de centros no pudieron empezar las clases por encontrarse aún en obras

Mar Padilla

El inicio del nuevo curso escolar no ha sido 'normal y sin incidencias', tal como había vaticinado la semana pasada la consejera de Enseñanza, Carme-Laura Gil. Ayer era el primer día de colegio para más de un millón de alumnos en toda Cataluña, pero no todos pudieron asistir a clase. Casi una decena de centros no pudieron abrir sus puertas: algunos por protestas de los padres por la masificación en las aulas, la falta de profesores o por los barracones. Otros, tal como admitió la Generalitat, tampoco pudieron acoger a los alumnos por encontrarse aún en obras.

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Pese a ello, Enseñanza insistió ayer en que el curso se ha iniciaado sin ninguna incidencia importante en los 2.465 centros públicos y en los 1.355 privados que hay en Cataluña. 'Sólo cinco o seis escuelas no han podido empezar porque quedaba por ultimar alguna obra, lo que ya había sido anunciado por los colegios y autorizado por nosotros', declaró ayer un portavoz de Enseñanza. Así, la de ayer fue una jornada casi normal, con algo de lluvia y mucho tráfico, por lo menos en Barcelona.

Caras con medias sonrisas de bienvenida y ningún llanto en la escuela Collado i Gil, en pleno Raval de Barcelona. A las nueve en punto, cuando sonó la sirena de inicio de las clases, centenares de niños de más de 15 países corrieron por el patio hasta la puerta de entrada, donde esperaban los profesores para distribuir a cada uno de ellos en su clase correspondiente. Marlon de la Torre tiene nueve años y mira tímido a su madre antes de perderse entre los oscuros pasillos del colegio. En el CEIP Bernat de Mogoda, en Santa Perpètua, las cosas, en cambio, no han ido tan bien. Los padres de los más de 70 alumnos que este curso iban a estudiar en barracones se plantaron ayer delante de la puerta y no dejaron entrar a ninguno de los 420 alumnos restantes. El resultado fue que nadie tuvo clase. 'Ha sido en protesta por que los módulos prefabricados aún no están acabados, les faltan las barandillas de las escaleras, hay que cambiar aún unos barrotes y a los profesores no les ha dado tiempo de montar la clase', explicó ayer Eduard Burguete, director del centro.

En el Pere Vila de Barcelona tampoco las cosas fueron mejor. Los padres decidieron protestar por la masificación del centro y por la falta de profesor de informática. 'No se puede empezar un curso así, cuando todos los niños de 3 a 12 años tienen clases de informática, y teniendo además en cuenta que los ordenadores son una herramienta básica de aprendizaje del idioma para los inmigrantes', declaró ayer una trabajadora del centro.

En Torrelles de Llobregat, los padres se negaron a que sus hijos entraran en clase porque había obras en el patio del centro.

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Los sindicatos CC OO, UGT y USTEC-STE han denunciado repetidamente la 'falta de planificación' de la Generalitat para afrontar este aumento del número de matriculados y de alumnos extranjeros en este curso que, gracias a la inmigración, ha vuelto a recuperar el millón de estudiantes.

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Sobre la firma

Mar Padilla
Periodista. Del barrio montañoso del Guinardó, de Barcelona. Estudios de Historia y Antropología. Muchos años trabajando en Médicos Sin Fronteras. Antes tuvo dos bandas de punk-rock y también fue dj. Autora del libro de no ficción 'Asalto al Banco Central’ (Libros del KO, 2023).

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