Bienestar sanitario

El Estado del bienestar tiene tres pilares fundamentales: la sanidad pública, la vivienda digna y la educación gratuita y universal; además, en el caso del Estado español, estos pilares también son tres derechos constitucionales.

Mientras que Europa destina el 7,4% de su PIB (producto interior bruto) para la Sanidad Pública, España invierte el 6,4% y en Cataluña gastamos el 5,5%.

Quizá este nivel de inversión pública explica por qué los técnicos especialistas en Radiodiagnóstico, Laboratorio y Anatomía Patológica aún no tengan una formación universitaria como en otros países; por qué los trabajadores de la XHUP (Red Hospitalaria de Utilitzación Pública) aún estén tan lejos de los salarios y condiciones laborales de sus homólogos del ICS (Instituto Catalán de la Salud); por qué el conjunto de profesionales de la Sanidad Pública Catalana son los que menos perciben del Estado español, o por qué, entre otras cosas, los ciudadanos, cansados de esperar en la pública, acabamos pagando unos 180 euros (unas 30.000 pesetas) para hacernos, por ejemplo, una mamografía en la sanidad privada.

Pero lo que de hecho es preocupante ya no es tan sólo esta falta de 'patriotismo social' al que nos tienen acostumbrados nuestros gobernantes, sino la aparente falta de alternativas a la actual política sanitaria en Cataluña.