Bush exige a la ONU que actúe para desarmar a Irak
El presidente de EE UU no da pruebas tangibles de que Sadam tenga armas de destrucción masiva
George W. Bush compareció ayer ante la Asamblea General de la ONU para exigir acciones inmediatas frente al 'desafío' iraquí. Bush anunció que prefería enfrentarse a Irak con la cobertura de la ONU, pero que no la consideraba imprescindible. Y lanzó su propio desafío a los otros 189 países miembros: si la ONU no era capaz de imponer sus propias resoluciones a Sadam Husein, dijo, quedaría relegada a un papel marginal. 'O se cumplen las justas exigencias de paz y seguridad, o la acción será inevitable', declaró. EE UU negociará con Francia, Rusia y China una resolución-ultimátum sobre Irak.
Bush se presentó en la sede neoyorquina de la ONU con un informe elaborado por la Casa Blanca en el que se detallaban las 'sistemáticas y continuas violaciones, por parte de Irak, de 16 resoluciones del Consejo de Seguridad durante la pasada década'. Había que olvidar, por tanto, al menos de momento, la posibilidad de que Estados Unidos respaldara con pruebas tangibles sus afirmaciones de que Irak estaba acumulando armas de destrucción masiva. Los inspectores de armas de la ONU, expulsados de Irak en diciembre de 1998, reconocieron la semana pasada que no disponían de pruebas firmes sobre el presunto rearme.
'No podemos quedarnos quietos y no hacer nada mientras los peligros crecen', dijo Bush. 'Debemos actuar, en nombre de nuestra seguridad y de los derechos y esperanzas permanentes de la humanidad'. Y volvió contra la ONU los mismos argumentos esgrimidos para justificar la necesidad de un cambio de régimen en Bagdad. 'Irak ha respondido a una década de resoluciones de la ONU con una década de desafíos. Todo el planeta se enfrenta ahora a un reto, y Naciones Unidas, a un momento difícil y definitivo. ¿Deben aplicarse las resoluciones del Consejo de Seguridad... o pueden dejarse de lado sin consecuencias? ¿Honrará la ONU los objetivos de sus fundadores... o serán irrelevantes?'.
El presidente de Estados Unidos culpó al régimen de Sadam Husein de mantener el espíritu expansionista que le llevó a atacar Irán en 1980 y Kuwait en 1990, repitió su convicción de que buscaba armas nucleares 'que, sin la guerra del Golfo, habría tenido ya en 1993' y aseguró que no enfrentarse a Irak pondría en peligro 'millones de vidas'. 'Ése es un riesgo que no debemos asumir', manifestó. 'Por tradición y por voluntad propia, los Estados Unidos de América se alzarán y actuarán', anunció. 'Delegados ante Naciones Unidas, tienen ustedes el poder de actuar también'.
George W. Bush respaldó sus amenazas con el anuncio, efectuado por el Pentágono, de que 600 altos oficiales del Mando Central, con base en Florida y encargado de coordinar las fuerzas militares estadounidenses desde Oriente Próximo hasta Pakistán, se desplazarían en noviembre al emirato de Qatar para realizar 'tres semanas de maniobras'. Una fuente del Pentágono dijo a la agencia Associated Press que la presencia de los 600 oficiales en Qatar 'podría convertirse en permanente'.
El Gobierno estadounidense anunció también que el secretario de Estado, Colin Powell, se reuniría hoy con representantes de Francia, Reino Unido, Rusia y China (los otros cuatro miembros permanentes y con derecho a veto del Consejo de Seguridad) con el fin de trabajar en el texto de una resolución que debería fijar una fecha límite para que Irak readmitiera a los inspectores de armamento de la ONU. El plazo, según fuentes diplomáticas, sería de uno o dos meses a partir del momento en que la resolución-ultimátum fuera aprobada. El objetivo de Powell consistirá en asegurarse al menos la abstención de Rusia y China y contar con el voto de Francia. Irán, uno de los países vecinos de Irak, anunció ayer que se mantendría neutral, igual que en la guerra del Golfo.
El ministro iraquí de Exteriores, Naji Sabri, declaró poco antes de que Bush subiera al podio de la ONU que su país carecía de armas de destrucción masiva y que aún confiaba en evitar la guerra. 'Si somos atacados', añadió, 'nos defenderemos con todos los medios a nuestro alcance, incluyendo palos, cuchillos de cocina y piedras'.
La intervención de Bush ante el foro internacional no tuvo gran incidencia sobre las opiniones de su oposición doméstica. El jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Tom Daschle, comentó que el discurso presidencial le había parecido 'convincente, pero sin nada nuevo'. 'Queda mucho por discutir: ¿cuáles son los planes para Irak después de Sadam Husein?, ¿cuáles son los recursos militares que necesitaremos?, ¿qué aliados estarán a nuestro lado? Todo eso debe aclararse', dijo, 'antes de que votemos en apoyo a una intervención armada'.
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