Agua con minerales y herbicidas

Jordi Pujol y Pasqual Maragall tienen muchas cosas en común. Entre otras, la de no disponer de agua potable en sus residencias de verano. El primero, presidente del Gobierno catalán y responsable último del abastecimiento de agua, veranea en Queralbs (Ripollès); el segundo, que aspira a sucederle tras las próximas elecciones autonómicas, lo hace en Rupià (Baix Empordà). Las dos poblaciones comparten el problema del agua, según confirman sendos bandos de sus respectivos ayuntamientos.

Primero fue el Ayuntamiento de Queralbs el que se enteró de que los análisis hechos por el Departamento de Sanidad 'dentro del programa de vigilancia de la calidad fisicoquímica del agua de consumo' indicaban que el agua de la que se abastecía la población tenía 'una concentración de minerales superior a la máxima admisible que establece la reglamentación sanitaria'.

El motivo, explica el bando municipal, es el aumento de consumo que se produce en verano, unido a un descenso en el caudal de la captación habitual, el Serrat de Les Creutes. Ante ello, el Ayuntamiento optó por tomar agua del Torrent dels Plaus, pero el resultado fue todo lo deplorable que explica el comunicado municipal. El mineral, en este caso, no procede de la mano del hombre, sino que 'tiene un origen natural, procede de los minerales que tiene el terreno y que por disolución se incorporan al agua'.

En Rupià, en cambio, es la especie humana la directa responsable de la 'presencia de plaguicida desetilatrazina (productos de degradación de herbicidas), en una concentración que supera la máxima admisible que establece la normativa sanitaria vigente'. Mientras la cosa siga así 'hay que calificar el agua como no potable y, por tanto, en base al principio de prevención del riesgo sanitario, se recomienda a la población que se abstenga de usar el agua para el consumo de boca'.

El Departamento de Medio Ambiente conoce el problema. Incluso sabe que es más extenso y que afecta también a Parlavà y Ultramort. Y todo está en vías de solución: el próximo verano el presidente del Gobierno catalán no tendrá ya ese problema.