Los estadounidenses muestran en las encuestas cada vez menos entusiasmo hacia una posible guerra con Irak

Los estadounidenses muestran cada vez menos entusiasmo ante la posibilidad de una guerra contra Irak. La mayoría de ellos, un 53%, se declaran partidarios de enviar soldados al golfo Pérsico para acabar con el régimen de Sadam Husein, pero el porcentaje es sensiblemente inferior al 74% que pedía guerra en noviembre pasado. Una encuesta realizada para la cadena televisiva de noticias CNN y el diario USA Today, publicada ayer, refleja un progresivo declive del belicismo antiiraquí desde que éste llegó a su apogeo, dos meses después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Una encuesta realizada para los mismos medios entre el 26 y el 27 de noviembre de 2001 arrojaba el resultado del 74% a favor de la guerra y el 20% en contra. Cuando la misma pregunta se formuló entre el 17 y el 19 de junio pasados, el 61% estaba a favor y el 31% en contra. Ahora se mantiene la mayoría (53%) de los que apuestan por la guerra, pero los contrarios suman ya el 41%.

La aversión de la ciudadanía estadounidense hacia Sadam Husein no se ha alterado. El 86% cree que el presidente iraquí apoya a grupos terroristas dispuestos a lanzar ataques contra Estados Unidos, y el 53% considera que estuvo implicado de alguna forma en los atentados del 11-S. El 94% opina que Irak posee armas de destrucción masiva (nucleares, químicas o biológicas) o está desarrollándolas y que, llegado el momento, las utilizaría contra Estados Unidos.

El enfriamiento del ardor guerrero se debe, según los técnicos de Gallup, empresa autora de la encuesta, a varios factores: el temor a una interrupción en el suministro de petróleo, el riesgo de que un ataque contra Bagdad inflame los sentimientos antiamericanos y antiisraelíes en los países árabes y, sobre todo, la falta de apoyo entre los aliados tradicionales de Washington. Dos de cada tres encuestados opinan que la posible invasión debería realizarse con ayuda de otros países. Otro elemento que parece pesar en el ánimo de los ciudadanos es la ausencia de una razón concreta, más allá del 'ataque preventivo', para ir a la guerra.