El caso de las fosas de la Guerra Civil llega hasta la ONU
El Grupo sobre Desaparecidos estudia la petición de exhumación
La reclamación para que la ONU obligue a España a abrir las fosas comunes donde se supone que se encuentran los desaparecidos durante la Guerra Civil y a honrar su memoria llegó ayer a Nueva York. Una abogada de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica leyó ante el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas las demandas, que incluyen la retirada de todos los símbolos franquistas.
La petición de apertura de fosas comunes de la Guerra Civil está multiplicando su efecto de una forma nunca calculada por sus promotores. Pero no sólo en España, donde la voz se ha corrido por los pueblos, incontables, que tienen desaparecidos durante la guerra. La asociación calcula que en toda España son más de 30.000. Todos del bando republicano, porque los nacionales fueron buscados y honrados al final de la contienda.
La cuestión ha llegado también a Naciones Unidas. La abogada Montserrat Sans, nieta de un republicano español que murió en un campo de concentración alemán durante la Segunda Guerra Mundial, expuso ayer las reivindicaciones de la asociación frente al grupo sobre desaparecidos. Éste ha trabajado en países latinoamericanos y algunos africanos y asiáticos, pero hasta ahora no había recibido una petición semejante de un país del llamado primer mundo.
El grupo de trabajo cuenta con las fichas de 25 casos, que ha seleccionado entre los 65 presentados por la asociación, algunos especialmente dramáticos, de personas que piden la recuperación de los cuerpos de sus familiares, asesinados por falangistas o tropas franquistas y enterrados de mala manera en cualquier cuneta.
Para Sans, esta labor se ha convertido en 'urgente' porque la mayoría de los que piden la apertura de las fosas comunes son ancianos. Y sólo ellos pueden dar todos los datos que lleven a encontrar los restos y rehabilitar la memoria: 'No buscamos revancha, sólo justicia. No se puede construir la democracia sobre los fantasmas del pasado'.
En el texto que leyó la abogada en la ONU se recuerda a los 30.000 desaparecidos españoles y se citan algunos casos masivos: Mérida, 3.500; Oviedo, 1.600; Gijón, 2.000; Sevilla, 2.500; Teruel, 1.005. Sans insistió en que las autoridades españolas no hacen nada para facilitar la apertura de fosas.
Y luego hizo tres peticiones para que la ONU las convierta en recomendaciones al Gobierno español: que sean las instituciones las que abran las fosas; que se entreguen los restos a los familiares para que les den digna sepultura; que se cree una comisión de la verdad como en otros países donde ha habido dictaduras y que se retiren de España todos los símbolos franquistas, que 'ofenden la dignidad de las víctimas'.
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