_
_
_
_
_
Reportaje:

Volver a quererse

El hospital Francesc de Borja de Gandia ha inaugurado este año con éxito una unidad quirúrgica para pacientes que sufren la enfermedad conocida como 'obesidad mórbida'

Desde hace unos meses Andrea Gómez no titubea a la hora de entrar en una tienda de ropa. Encontrar vestuario en un establecimiento que no fuera de tallas especiales era un problema. 'Nada más entrar en la tienda y verme ya me decían que no había tallas para mí. Era frustrante', comenta. Andrea pesaba hace seis meses 113 kilos. En febrero decidió optar por la cirugía. Antes había probado todo tipo de dietas: 'la de los batidos, de la alcachofa, del melocotón....todas las conocidas. Pero en cuanto me salía volvía otra vez a recuperar lo perdido'. Andrea empezó a tener problemas de sobrepeso en plena adolescencia, una edad difícil de la que no guarda buenos recuerdos. 'Con la familia no había problemas pero mis amigas se metían conmigo. Si te ibas de compras, no podías ir con ellas. Empiezan a gustarte los chicos...', explica. En diez años pasó de 59 kilos a superar los cien kilos. Pero además, desde los 16 años no tenía la menstruación. Los médicos atribuían el problema a los kilos de más. A los 22 años conoció al que hoy es su marido. Andrea y su pareja querían tener hijos. Probaron varios tratamientos sin resultado alguno. Optaron entonces por la cirugía. Desde la intervención Andrea ha perdido 26 kilos. Su estado de ánimo ha mejorado sensiblemente, ya no se cansa tanto al subir las escaleras y su problema de asma ha disminuido. Ahora tendrá que esperar un tiempo para comprobar si su problema se debía a su exceso de peso, y buscará al hijo deseado.

'La obesidad se está conviertiendo en un problema de salud de primer orden'
La operación acarrea grandes riesgos y los enfermos son sometidos a pruebas

La situación de Rosa Solano fue diferente. Sus problemas con la báscula empezaron a surgir cuando tuvo a su primer hijo, a los 26 años. Acudió a nutricionistas privados, probó numerosas dietas y hasta técnicas como la acupuntura, 'pero acababa por abandonar al no encontrar resultados', comenta. A Rosa, de 43 años edad, su sobrepeso le empezó a originar problemas de tensión, dolor de rodillas y una flebitis. Llegó a pesar 122 kilos. Rosa también optó entonces por la cirugía. El pasado 25 de marzo se sometió a una operación y ya ha conseguido adelgazar 29 kilos. 'Parece una tontería pero antes miraba mi sombra por la calle y no me gustaba. Ahora sí', asegura.

El hospital Francesc de Borja de Gandia inició este año las intervenciones quirúrgicas a enfermos de 'obesidad mórbida'. Se denomina así a los pacientes con sobrepeso a los que los tratamientos de dietas realizados durante años no les han dado resultado. El exceso de peso puede además acarrearles problemas de salud, o tienen muchas probabilidades de padecerlos con el tiempo, como periodos del sueño en los que no respiran y que con el tiempo pueden derivar en muerte súbita; diabetes; hipertensión arterial; arteriosclerosis o artritis. 'La obesidad se está convirtiendo en un problema de salud de primer orden y en España está sufriendo un incremento importante', más acentuado entre la población femenina que en la masculina (en una relación de un 80 por ciento en mujeres y un 20 por ciento en hombres), explica Federico Caro, cirujano jefe del hospital Francesc de Borja de Gandia. En el sobrepeso influye el factor genético, el metabólico, pero también se relaciona con estados de 'estrés y ansiedad'. Caro considera además un error la educación de las nuevas generaciones, 'que focaliza la comida como premio o castigo'.

El hospital gandiense, que se ocupa del área de salud de La Safor, inició las intervenciones a estos enfermos a principios de este año. Hasta entonces, los pacientes eran desviados a los hospitales de referencia de La Fe y el Clínico en Valencia, y tenían que aguardar hasta tres años en lista de espera. 'No es una operación de cirugía estética o plástica. Lo que se pretende es que los pacientes pierdan el exceso de peso', explica el cirujano. La operación acarrea grandes riesgos y los enfermos son sometidos a numerosas pruebas psicológicas antes de pasar por quirófano. Las líneas de intervención utilizadas son la restriccionista, dirigida a reducir las reservas del estómago; la malabsoltiva, con la reducción del intestino delgado; o la mezcla de las dos en casos más extremos. La pérdida de peso después de la intervención será progresiva y necesita de un control alimenticio y ayuda psicológica. Andrea y Rosa no dudan en mostrar su satisfacción por el resultado. 'Ahora me quiero, antes no', afirma Rosa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_