Los temporales que azotan Rusia se cobran al menos 44 muertes

Las riadas que azotan la costa rusa del mar Negro, cerca del puerto de Novorossiisk, en el sur del país, han causado 44 muertos, entre ellos dos niños, y numerosos heridos de los que al menos 12 están hospitalizados en estado grave, informó ayer el ministerio de Situaciones de Emergencia ruso. El número de víctimas aún puede aumentar, ya que, según diversas fuentes, entre 120 y 400 personas pueden haber desaparecido, tras arrastrar las aguas varias localidades y campings en la costa.

El incidente más grave se produjo cerca del poblado Abrau-Diursó, donde las aguas desbordadas de un embalse barrieron un camping al precipitarse desde la montaña, con 300 veraneantes, cuyo destino se desconoce. Ayer se vivió un día de luto en la región por las víctimas de las inundaciones, provocadas por lluvias torrenciales acompañadas de vientos huracanados y tornados y que anegaron decenas de poblados y centros turísticos. 'Nunca hemos vivido semejante desastre natural', declaró el viernes por la noche el gobernador de Krasnodar, Alexandr Tkachov, al dar su pésame a los familiares.

Miles de efectivos de las Fuerzas Armadas y decenas de buques de la Armada fueron movilizados para las labores de rescate en la zona, donde las autoridades declararon el estado de emergencia.