UGT y CC OO advierten a Rato de una gran ofensiva si les impone la moderación salarial
Arenas ratifica a Méndez y Fidalgo que el Gobierno no modificará las bases del 'decretazo'
Gobierno y sindicatos se lanzaron ayer avisos ante la reunión que se prevé definitiva, mañana, entre los líderes de UGT y CC OO, Cándido Méndez y José María Fidalgo, con el vicepresidente Rodrigo Rato. Méndez y Fidalgo se entrevistaron ayer con el secretario general del PP, Javier Arenas, su antiguo interlocutor en Trabajo, que les ratificó que Rato no consentirá cambios sustanciales del decretazo. Los sindicalistas le advirtieron de que el grave clima de confrontación social se complicará más si Rato se entromete en la negociación de los convenios colectivos.
Los líderes de los dos principales sindicatos, Cándido Méndez (UGT) y José María Fidalgo (CC OO), ya no están sólo preocupados por las repercusiones que creen antisociales del decreto impuesto por el Gobierno para aplicar sus reformas del mercado laboral. Ni tampoco porque consideren como un grave error de importantes consecuencias para la economía española esa 'ruptura unilateral' del marco de diálogo social que funcionó en España en los últimos seis años. Los sindicatos se temen medidas peores, en esa línea, para el futuro inmediato.
Los responsables de UGT y CC OO mantuvieron ayer una reunión de un par de horas con el secretario general del PP en la sede de ese partido como cierre de la ronda de conversaciones que han celebrado con los líderes de todas las formaciones parlamentarias para explicarles en persona los argumentos de su oposición radical al decretazo. Méndez y Fidalgo le contaron a Arenas, con el que mantienen una buena sintonía personal, sobre todo el responsable de UGT desde su etapa en la primera legislatura como ministro de Trabajo, los mismos criterios que llevan reiterando semanas y que condujeron a la huelga general del 20 de junio. Y reclamaron en primer lugar, para recuperar el diálogo social, 'la retirada, reconsideración total y derogación' del polémico decretazo.
Arenas se hizo acompañar en el encuentro por la responsable en el PP de Acción Sectorial, Ana Mato, y por los portavoces en el Congreso, Luis de Grandes, y el Senado, Esteban González Pons. El Gobierno quería subrayar así una cierta imagen de negociación parlamentaria ante la constatación de que el decretazo está ya en fase de tramitación como una ley en el Congreso. Los líderes sindicales precisaron rápidamente a Arenas que no entrarán en ninguna negociación parcial de las posibles enmiendas que formalizarán los distintos partidos y que harán su valoración al final de ese proceso.
Méndez subrayó más tarde, cuando compareció con Fidalgo en la sala de prensa plagada de logotipos del PP, que habían reclamado a Arenas, aprovechando la reciente crisis diplomática por el islote de Perejil, el regreso al 'statu quo anterior a la imposición del decretazo el 22 de mayo pasado'.
Pero Arenas destacó más tarde que aunque el Gobierno apuesta siempre por el diálogo y la flexibilidad como norma no lo entiende como un camino que debe conducir inexorablemente al acuerdo.
Méndez y Fidalgo constataron que Arenas le concedía mucha relevancia a la cita 'con la superioridad' que mantendrán los sindicalistas este viernes con el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato. Y adelantaron que le repetirán lo mismo, rechazarán los presuntos beneficios para las mujeres y los mayores de 52 años que tanto resalta el Gobierno del decretazo y le advertirán de que no debe meterse en la negociación que se impondrá este otoño entre los sindicatos y la patronal para los nuevos convenios colectivos. No fue un aviso cualquiera. Los sindicatos señalaron que no consentirán que el Gobierno pretenda vincular las reformas laborales en marcha con esa negociación colectiva o que la intenten colar a través de la Ley de Acompañamiento. Quieren hacerla 'cuando y cómo les de la gana' con la patronal, como dijo Fidalgo.
Arenas sólo pudo aclarar al respecto que el Gobierno está estudiando y reflexionando sobre esa situación y apuntó también que el modelo de moderación salarial ha reportado muchos beneficios a la economía y el empleo del país. Fidalgo, molesto, sentenció: 'Esto no es un juego, no sea que de aquí a unos meses tengan algo más que lamentar que no se arregle con otra crisis de Gobierno'.
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