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Rato insiste en la 'necesidad' de ampliar las reformas laborales

Los sindicatos auguran un otoño conflictivo si el Gobierno no cede

Carlos E. Cué

Tras el decretazo, los convenios colectivos. Sindicatos y Gobierno concluyeron ayer un maratón de reuniones -tres en una semana- y abrieron, aunque con buenas palabras, el nuevo frente de conflicto: la reforma de la negociación colectiva. Mientras los sindicatos reiteraron que eso podría ser causa incluso de otra huelga general, Rodrigo Rato, vicepresidente económico, insistió en la 'necesidad' de acometer esta reforma.

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Los sindicatos no quieren dar por cerrado el conflicto por la reforma del desempleo, el llamado decretazo. No aceptan que la huelga general quede sin resultados claros, si se deja al margen la caída del anterior ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio. Por eso insisten en su exigencia de retirada de la reforma y confían en que se modifique en el trámite parlamentario.

Pero tras la reunión de ayer entre el vicepresidente Rato, el nuevo titular de Trabajo, Eduardo Zaplana, y los secretarios generales José María Fidalgo (CC OO) y Cándido Méndez (UGT) quedó muy claro que el debate ya no está centrado en el decretazo sino en la nueva reforma de la ley sobre la negociación colectiva.

Los sindicatos se mostraron optimistas y confiaron en que el Ejecutivo no tropiece dos veces en la misma piedra del enfrentamiento con las centrales y aplace esta reforma para otra ocasión menos conflictiva.

Pero Rato fue muy claro: la reforma 'está pendiente y es necesaria'. Y del momento en que se llevará a cabo sólo dijo que no descarta que se incluya en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales para el próximo año, algo que implicaría la guerra abierta con los sindicatos. Con tono conciliador, el vicepresidente sólo concedió que 'el Gobierno es consciente de la dificultad' que entraña reformar un sistema nacido en los años 80 y que garantiza la paz social, y que el Ejecutivo 'toma nota y tendrá en cuenta' la opinión de los sindicatos sobre este asunto. De momento, nada más.

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La reunión, centrada en este nuevo frente de batalla, fue 'áspera a ratos', según Méndez. Pero sirvió, al menos, para que los sindicatos arrancaran un compromiso de que 'el Gobierno les tendrá en cuenta', que consideran novedoso y prometedor. 'Han admitido que, tras la huelga general, no está el horno para bollos. Éstas son palabras suyas', comentó Fidalgo, también moderadamente optimista.

Sindicatos y Ejecutivo se preparan así para las vacaciones con los ejes de la partida bien claros. Tres reuniones seguidas -el miércoles de la semana pasada con Zaplana, el pasado miércoles con Javier Arenas, secretario general del PP, y ayer con Rato- han puesto en primer plano los tres puntos clave. Por un lado, la 'mejora', en palabras de Rato, del decretazo en el trámite parlamentario, con las enmiendas de algunos grupos, especialmente de CiU. El plazo se ha ampliado hasta el día 10 de septiembre. Ahí se verá el talante que adquiere la disputa.

Luego llegará la renovación de los acuerdos interconfederales entre sindicatos y patronal, para mantener la moderación salarial en 2003, que se negociarán en otoño. Tras el decretazo y el recorte de derechos que ha supuesto, dicen los sindicatos, ahora no se le puede pedir a los trabajadores que se aprieten aún más el cinturón.

El Gobierno dice que ese acuerdo, que los sindicatos ven difícil, es 'muy importante'. Y de alguna manera vincula su desarrollo al tercer punto de la polémica, esto es la reforma de los convenios colectivos que el Ejecutivo tiene en la cartera hace dos años. Si no hay acuerdo para la moderación salarial, viene a decir el Ejecutivo, según los sindicatos, tal vez se incluya la reforma en la Ley de Acompañamientos de los Presupuestos Generales.

Si se acuerda la moderación, la reforma se podría dejar para tiempos más tranquilos, cuando vuelva la paz social. Si no, el futuro puede ser incluso una nueva huelga general, término que no llegaron a utilizar los sindicatos pero que dejaron en el aire.

Rato, Méndez, Fidalgo y Zaplana, ayer en el Ministerio de Economía.
Rato, Méndez, Fidalgo y Zaplana, ayer en el Ministerio de Economía.LUIS MAGÁN

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