Detenido un cuarto policía por el asesinato del torero Reina Rincón en Lima
La policía municipal del distrito de Miraflores reorganizará todo su servicio tras el crimen
Los tres policías locales peruanos detenidos por el asesinato y robo del torero español José Tomás Reina Rincón, de 22 años, nacido en Ciudad Real, confesaron ayer ser los autores del crimen y afirmaron en su declaración en comisaría que se les 'fue la mano' en la brutal paliza que propinaron al diestro para robarle los 1.200 dólares (más de 1.100 euros) que llevaba encima. La detención de un suboficial de la policía peruana eleva a cuatro los agentes detenidos en el caso.
El director de la policía municipal de Miraflores (distrito en el que ocurrió el crimen), Abraham Rivas, anunció la reorganización total del servicio después de comprobarse que tres miembros del conocido en Perú como Serenazgo participaron junto a un miembro de la policía nacional en el asesinato del torero Reina Rincón. La reorganización incluye la renovación de los directivos, oficiales y supervisores.
El general Remigio Hernán, de la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional peruana (Dirincri), informó ayer en rueda de prensa de que Reina murió víctima de un 'ajusticiamiento extrajudicial' y que sus asesinos han confesado que 'se les fue la mano'. Además de los agentes de la policía local de Lima detenidos, la policía nacional peruana detuvo ayer a uno de sus agentes, el suboficial técnico de segunda Miller Ramos Pachas, como supuesto cómplice en el crimen. La policía registró los domicilios de Urbina y Quevedo y halló los zapatos de Reina y 800 dólares en efectivo.
Reina salió la tarde del 2 de julio del hotel Huaychulo, en el distrito de Miraflores, la zona rica de Lima. Iba a cenar a una hamburguesería y llevaba 1.200 dólares en el bolsillo. Se los pagó horas antes, en la recepción del citado hotel, el empresario taurino Guillermo Caro, que le contrató para torear en Chota, junto con otro matador español, Francisco Curro Martínez.
Reina estaba borracho o drogado, según explicó un testigo a la policía, y cayó encima de un puesto de venta callejera. Un vigilante privado le llamó la atención, y Reina, según la policía peruana, le agredió. El vigilante llamó a la policía local, cuerpo conocido allí como Serenazgo. Los agentes le arrestaron y le propinaron una paliza de muerte.
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