Crece el clamor popular en Argentina por unas elecciones totales

El reclamo popular no cesa: '¡Que se vayan todos!'. La consigna reúne en Argentina a los desocupados, piqueteros, ahorradores que tienen sus depósitos confiscados en los bancos, clases medias desencantadas, intelectuales, artistas. Los representantes de la Iglesia, de la ONU y del centro-izquierda proponen que en marzo las elecciones sean generales y se renueven todos los cargos legislativos nacionales, provinciales y municipales, no sólo la presidencia.

La diputada Elisa Carrió, disidente del Partido Radical y candidata por la Alternativa para una República de Iguales (ARI), va aún más allá y propone la 'abstención intransigente' si el Parlamento se niega a tratar los proyectos de ley con los que se podría dar por finalizados los mandatos de diputados y senadores. Desde que el gobernador de la provincia de Santa Fe, Carlos Reutemann, renunciara a la lucha interna en el peronismo -'porque vi algo que no puedo decir en público y que quizá no lo pueda decir nunca'-, la diputada Carrió recoge el mayor porcentaje de intención de voto para presidente en las encuestas.

La propuesta del ARI fue acompañada por el jefe de Gobierno de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, uno de los pocos dirigentes del Frepaso (Frente para un País Solidario), sobreviviente del derrumbe de la alianza integrada por el Frente y el Partido Radical, que consagró a Fernando de la Rúa como presidente a fines de 1999. Ibarra, que aspira a su reelección, impulsa también la renovación total del Ejecutivo y de la legislatura de la capital federal. Elisa Carrió cuenta además con el apoyo del llamado Grupo Talcahuano, integrado por diputados y senadores disidentes del peronismo, y con el gobernador de la provincia de Santa Cruz, Néstor Kirchner, lanzado también a la disputa interna dentro del peronismo. Los tres, Carrió, Ibarra y Kirchner, se presentaron juntos y no descartaron una alianza electoral para enfrentarse a lo que llaman 'la mafia que quiere impedir la fundación de una nueva República'.

Carrió confía en que finalmente 'el poder tendrá que ceder, la salida debe ser institucional, porque si no será violenta y entonces sí estaríamos al borde de la guerra civil'. El proyecto presentado consiste en convocar a elecciones en un mismo día para presidente, vicepresidente y constituyentes, también para diputados y senadores, pero éstos quedarían sujetos a la ratificación de una Asamblea de los constituyentes que en los diez días siguientes reformaría la Constitución, determinaría el fin de los mandatos actuales y aprobaría el reemplazo inmediato por los diputados y senadores electos. Esa Asamblea determinaría además el cese inmediato en sus funciones de la Corte Suprema.

Los integrantes del llamado Diálogo Argentino, impulsado por la Iglesia y el representante de Naciones Unidas, el español Carmelo Angulo Barturen, reclamaron también al Gobierno argentino 'relegitimar la totalidad de los cargos electivos nacionales, provinciales y municipales, en el marco de los preceptos constitucionales'. El obispo Jorge Casaretto entregó las conclusiones del Diálogo con dirigentes de todos los sectores sociales. Los participantes del Diálogo se sienten 'decepcionados' por las respuestas de algunos líderes políticos y sindicales.

Los líderes del peronismo y el radicalismo temen verse demasiado castigados por la sociedad en las próximas elecciones. Según las encuestas, el peronismo podría perder del 30% de sus diputados y senadores, y el radicalismo, entre el 80% y el 90% si el Parlamento se renovara completamente.

En medio del debate se coló la voz del secretario de Estado adjunto de EE UU, Otto Reich. El enviado del presidente Bush aseguró en Buenos Aires que cualquiera sea el candidato elegido, el próximo presidente argentino deberá 'respetar las libertades individuales, los derechos humanos, las libertades económicas y políticas; también deberá preservar las buenas relaciones con los países vecinos, tendrá que oponerse al narcotráfico, al terrorismo internacional y deberá luchar contra la corrupción'.