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Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Regiones 'vs' Estado de Bienestar

Jesús Mota

Una primera observación es que La riqueza de las regiones no es exactamente un libro de economía, sino de historia. Tal cuestión no deprecia el contenido de sus análisis económicos ni, por supuesto, el valor de sus aportaciones estadísticas, que son claras y manejables. La percepción histórica es distinta de la económica; tiene desventajas, por supuesto, pero también una ventaja considerable: no se buscan ni se pretenden explicaciones omnicomprensivas.

El texto está organizado de forma que se pueden recorrer las trayectorias de las regiones españolas desde el año 1700 hasta hoy (o casi). Con el fin de clarificar la exposición, Domínguez define estratos, convencionales pero efectivos, entre regiones ricas y regiones pobres. Las ricas, según su evolución histórica, se subdividen en dinámicas, estacionarias y en transición; las pobres, en regresivas, atrasadas en expansión y en transición.

La riqueza de las regiones.Las desigualdades económicas regionales en España, 1700-2000

Rafael Domínguez Martín Alianza Editorial ISBN 84-206-7349-8

La polémica sobre el desarrollo regional es una de las más enconadas de la historia económica del siglo pasado y parece mantenerse con viveza en el presente. Domínguez se limita a plantear los problemas de fondo de los desequilibrios regionales y deja que la narración puntillosa de las cifras y de los acontecimientos históricos conocidos -el desarrollo del textil o la siderugia- proporcione las respuestas posibles, y no siempre nítidas. Esas cuestiones de fondo deberían ser el fundamento de reflexión básico para la construcción de cualquier Estado autonómico. Poe ejemplo: ¿se debe considerar la desigualdad regional como más importante que la desigualdad social?, o ¿se debe considerar la maximización del crecimiento de algunas regiones ricas como un objetivo prioritario frente a la solidaridad interterritorial?

Si estas cuestiones se plantearon alguna vez en España, lo cierto es que la memoria histórica ha perdido conciencia de ello; y mucho menos de que se respondieran. Parece, por el contrario, que el desarrollo autonómico español se articuló en torno a un batiburrillo de decisiones arbitrarias empujadas por presiones más arbitrarias todavía.

Domínguez plantea otra cuestión política importante. La estrucutura de poderes regionales choca abiertamente con la defensa, cada vez más difícil y apremiante, del Estado de bienestar. Porque el Estado social requiere progresividad fiscal, unidad de mercado y solidaridfad interterritorial, casi lo contrario que la devolución de parte del poder político a las regiones.

En cuanto a la riqueza regional, los lectores encontrarán un completo recorrido por los acontecimientos que situaron a Cataluña y Euskadi en primera línea del desarrollo industrial y los que han sostenido a Madrid como región privilegiada en todo momento desde que fue designada como capital de España. Quien esté interesado por las cifras, aquí las encontrará casi todas. Hay algunos de grueso calibre que invitan a la reflexión. Cataluña y Madrid aportan el 87% de la renta destinada a redistribución -Madrid, el 52%-; el 81% de esa renta distribuida va hacia Andalucía, Extremadura, Galicia, Castilla-La Mancha y Murcia; y las más favorecidas por la redistribución son Asturias, Extremadura y Canarias.

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