Rabia y alegría en la marcha 'gay'
Decenas de miles de manifestantes piden la equiparación legal de los homosexuales
Rabia y alegría marcaron ayer la marcha del Día del Orgullo Gay en Madrid. Rabia por los pasos atrás y el estancamiento en la consecución de la igualdad de gays, lesbianas y transexuales que las asociaciones achacaron al PP. Alegría por el éxito de la convocatoria: casi medio millón de personas, según los organizadores, se manifestaron entre la Puerta de Alcalá y la Puerta del Sol. Representantes del partidos y sindicatos compartieron la cabecera de la marcha con las asociaciones convocantes. El lema, 25 años de lucha, recordaba a la primera manifestación del Día del Orgullo Homosexual, celebrada en Barcelona en 1977.
La incorporación de los máximos dirigentes de UGT, Cándido Méndez, y CC OO, José María Fidalgo, a la manifestación fue la mayor novedad de la marcha de este año. También acudieron el secretario general de IU, Gaspar Llamazares, acompañado por Inés Sabanés, portavoz de IU en el Ayuntamiento, los candidatos a la alcaldía y a la presidencia de la Comunidad de Madrid por el PSOE, Trinidad Jiménez y Rafael Simancas, el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, y el candidato de los Verdes, José María Mendiluce. 'Si esto sigue así, el año que viene va a haber que hacer una cabecera con dos filas', manifestó un miembro de la organización. Fue la clara plasmación de la 'mayoría social' que apoya a las reivindicaciones del colectivo, según el presidente de la Federación Estatal de Lesbianas y Gays, Pedro Zerolo. El lugar de honor, inmediatamente después de la pancarta, se reservó para 'dar visibilidad' a los grupos de lesbianas.
Detrás de la seriedad de la cabecera, la manifestación mezclaba reivindicación y fiesta. Grupos políticos, asociaciones y pancartas iban seguidas por 18 carrozas festivas. El manifiesto que leyeron en la Puerta del Sol de Madrid Zerolo, la presidenta del Colectivo de Lesbianas y Gays de Madrid, Boti García, y el representante del grupo de transexuales del Collectiu Lambda valenciano, Joel Maldonado, recogió estos aspectos.
'Salimos a la calle con el dolor y la rabia de ver que las cosas apenas avanzan, pero también con la alegría de unirnos, de ser cada año más, de ser cada vez más capaces de alzar nuestras voces', gritaron desde el estrado situado frente a la sede de la Comunidad de Madrid.
El PP fue el destinatario de la mayoría de las críticas. Algunas pancartas mostraban claramente un rotundo 'El PP nos odia'. En la furgoneta con la megafonía de la organización también había menciones directas: '¡PP, entérate! Somos familia, tenemos hijos. ¡Exigimos sus derechos!'.
Manifiesto
El manifiesto final recogía estos reproches, resumidos en ocho puntos. El primero, la negativa a reconocer el derecho al matrimonio de las parejas de gays y lesbianas. El segundo, el recorte en la ley del derecho a la identidad sexual de los transexuales, 'bloqueada por el PP en el Congreso', según la presidenta de la Asociación por la Identidad Sexual de Andalucía, Kim Pérez.
A continuación se mencionó el 'desprecio' hacia las familias de gays y lesbianas, la 'discriminación homófoba' de los textos educativos, la 'permisividad' ante las agresiones a gays, lesbianas y transexuales, la 'indiferencia cómplice' ante la violación de los derechos fundamentales en otros países, como el encarcelamiento de gays en Egipto o su decapitación en Arabia Saudí; el voto contra la admisión de la Liga Internacional de Gays y Lesbianas como ONG asesora de la ONU y la 'absoluta pasividad' durante la presidencia de la UE que ahora termina.
Las reivindicaciones también incluyeron a 'todos los excluidos' por 'el hambre, el sida, la falta de educación y la intolerancia', con mención expresa a la 'persecución homofóbica de la Iglesia católica' y el asesinato de travestidos y transexuales en Latinoamérica. Pese a todo ello, el manifiesto acabó con un toque optimista: la certeza de 'conquistar un mundo de personas libres e iguales'.
La manifestación discurrió sin más incidente que el calor (el termómetro marcaba 37 grados durante el recorrido) y los problemas de la organización para que la cabecera iniciara la marcha, porque había casi tanta gente delante de la pancarta como detrás.
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