La huelga de CCOO y UGT se centró en la industria de Álava y Vizcaya

Euskadi se miró ayer en un espejo sindical y la imagen fue la inversa a la del miércoles. La segunda jornada de huelga general tuvo un éxito desigual. CCOO y UGT cifraron su seguimiento en un 80% en Álava, el 60% en Vizcaya y el 30% en Guipúzcoa, según sus datos. Las estimaciones del Gobierno central dejaron el porcentaje global en un 25%. El consejero de Empleo, Joseba Azkarraga, situó el seguimiento en Euskadi en un 20%, frente al 60% que, dijo, concitó el paro convocado el miércoles por las centrales nacionalistas, porcentaje que el Gobierno no facilitó hasta ayer.

Los empresarios no ofrecieron una cifra para el conjunto de Euskadi, pero reconocieron que la mayor repercusión se produjo en la industria.

También ELA se implicó en la guerra de cifras para asegurar que el paro en las empresas industriales de más de 50 trabajadores no alcanzó el 10%. El día anterior, CCOO y UGT no habían hecho comentarios sobre la jornada convocada por las centrales nacionalistas.

El paro fue especialmente bajo, según los datos del Gobierno vasco, en su Administración General (todos los departamentos menos Educación, Sanidad y Ertzaintza), con un seguimiento del 5,68%, frente al 30,09% del miércoles. En Osakidetza, se sumó al paro el 2,71% de la plantilla, mientras pararon el 16,9% de los centros educativos y el 3,3% de los profesores, datos los tres inferiores a los facilitados anteayer por el Ejecutivo.

La patronal vizcaína Cebek no aventuró un porcentaje y sólo habló de incidencia 'desigual'. La mayor repercusión se produjo en la industria y en la Margen Izquierda, feudo tradicional de los sindicatos estatales, que evaluaron el seguimiento en este territorio en un 60%.

La incidencia fue muy leve en el comercio. El empeño sindical fue cerrar El Corte Inglés de Bilbao, lo que lograron a base de piquetes informativos y pegatinas y sin incidentes. Los sindicatos lamentaron que la actuación de la Ertzaintza fuese más contundentes ayer que el día anterior. Las industrias más relevantes que pararon en Vizcaya fueron Olarra, Babcock Borsig, Magefesa, ACB, Sefanitro, Astilleros Zamakona, La Naval, Bandas de Etxebarri o Robotiker.

Los únicos problemas se dieron en Bilbobus y Bizkaibus, que no pudieron cumplir los servicios mínimos por el bloqueo de las cocheras, el desinflado de neumáticos o la desaparición de las llaves de arranque.

Dentro de las administraciones públicas, el más bajo seguimiento se registró en Vizcaya. Los sindicatos convocantes aseguraron que el 20% de los empleados de la Administración autonómica secundaron el paro en este territorio, pero el Gobierno rebajó la cifra al 5,68% para el conjunto de Euskadi. En los centros educativos vizcaínos, el Ejecutivo colocó la participación en un 21,1% mientras los sindicatos llegaron hasta el 50%, la misma estimación que dieron para los ayuntamientos ya la Diputación.

Las tres capitales fueron recorridas por manifestaciones, aunque la principal, en la que participaron los secretarios generales de UGT, Dámaso Casado, y CC OO, Josu Onaindi, se celebró en Bilbao. Los sindicatos preguntaron al lehendakari, Juan José Ibarretxe, cómo puede tener un consejero que 'divide' a la sociedad, en referencia al titular de Trabajo, Joseba Azkarraga, a quien acusaron de actuar en favor de ELA.

El seguimiento de la huelga general en Guipúzcoa fue muy escaso y notablemente inferior al que se registró la víspera. La repercusión del paro fue casi nula en el comercio y la hostelería, y apenas fue secundada en la administración, los centros educativos y los hospitales. Sólo en áreas industriales muy localizadas se notaron los efectos del paro general. La jornada transcurrió sin incidentes.

No obstante, los sindicatos CC OO y UGT calificaron de 'positivo' el resultado de su convocatoria y reconocieron el daño producido por la 'contrahuelga' convocada un día antes. Pese a todo, cifraron el paro en un 50% en las zonas más industrializadas. La patronal guipuzcoana Adegi, en cambio, redujo la incidencia al 15% en el sector industrial.

En el transporte, funcionaron los servicios mínimos en Renfe y Euskotren, así como en los autobuses urbanos de San Sebastián. En la Diputación de Guipúzcoa, sólo un 2% de los funcionarios secundaron la convocatoria, frente al 26,8% registrado el día anterior. Y en los centros hospitalarios y educativos de San Sebastián tampoco se superó el 3% de paro. En la hostelería y el comercio la huelga fue inapreciable. Pese a ser Guipúzcoa un feudo nacionalista, UGT y CC OO lograron parar grandes empresas como Orbegozo, Bellota, Zardoya Otis, el Puerto de Pasajes, Michelin o Fundiciones Urretxu.

En Álava la incidencia de la huelga fue diferente en los diferentes sectores productivos. En la industria llegó hasta el 80%, según las centrales, y al 28% según los datos de la patronal, lo que en cualquier caso significa un nivel de paro mayor que el día anterior. En Mercedes Benz, la factoría más importante de Álava, faltó al trabajo la mitad de la plantilla, según fuentes de la empresa, mientras que en Michelín, la segunda en importancia, no acudió alrededor de un 20% de empleados. En la construcción sí se dejó notar el paro con más fuerza y muy pocas obras se pusieron en marcha. Cerraron las plantas de Sidenor, Esmaltaciones San Ignacio, Moasa, Fundix, Tubos Reunidos o Ramondín.

En el comercio y la hostelería, el paro apenas se sintió. Las grandes y medianas superficies, como El Corte Inglés y las cadenas de supermercados de Sabeco y Consum, abrieron con normalidad y sólo algunas pequeñas tiendas echaron la persiana. En los hospitales y los colegios la incidencia fue mínima. Un 4% del personal sanitario y un 5% del profesorado secundaron la huelga. Los servicios mínimos pactados en el transporte municipal y por carretera funcionaron sin problemas.