Guipúzcoa decidirá en junio si se construye una o más incineradoras

La Diputación de Guipúzcoa estudia aplicar un impuesto nuevo dirigido a los 'grandes generadores de residuos', como las industrias, las grandes superficies comerciales, los restaurantes y los comercios, según dijo ayer la directora foral de Medio Ambiente, Leire Ereño. Siguiendo el principio europeo de quien contamina paga, el Ejecutivo foral podría gravar económicamente a aquellos que más desperdicios generen en su actividad.

Esta 'tasa suplementaria', vigente en algunos países avanzados, según Ereño, se complementará con otras medidas tendentes a 'minimizar todo lo posible la generación de residuos'.

La aplicación de la tasa especial de basura a la industria, el comercio y la hostelería será debatida en una Mesa para el Reciclaje, un nuevo órgano consultivo cuya misión consistirá en analizar las medidas necesarias para lograr que en 2016 en Guipúzcoa se recicle el 45% de los residuos generados, es decir el triple de la cuota actual de reciclaje (16,6%). El 60% restante deberá ser tratado en una planta incineradora.

Esta mesa, en la que participarán el Gobierno vasco, la Diputación, los principales ayuntamientos y las mancomunidades que gestionan el tratamiento de los residuos, coordinará las actuaciones previstas en el Plan Integral de Residuos Urbanos de Guipúzcoa, que será definitivamente aprobado en las Juntas Generales en octubre o noviembre de este año.

Para entonces, las mancomunidades deberán elegir antes del 13 de junio su 'modelo' de gestión de los residuos. La Diputación les propone siete opciones distintas, aunque en todas se contempla la construcción de al menos una planta incineradora, hasta un máximo de tres. El coste de las alternativas oscila entre los 157,6 millones de euros de la más barata hasta los 218,1 millones de euros de la más cara.

No obstante, el diputado de Medio Ambiente, Jon Mikel Murua, aclaró que el tratamiento global de los residuos se realizará mediante la utilización de otros procedimientos, como la reutilización, el compostaje y el pretratamiento mecánico-biológico (separar la materia orgánica de la no biodegradable).

Murua explicó que algunos vertederos están al límite de su capacidad. El de San Marcos, que da servicio a la comarca de Donostialdea, es decir al 60% de la población guipuzcoana, será sellado dentro de cuatro años y el de Sasieta, para el Goierri, tiene solamente siete de vida. El avance del plan de residuos de Guipúzcoa recoge que en el caso de construirse una única planta incineradora para toda la provincia estaría ubicada 'en el corredor de Donostialdea-Tolosaldea'. La segunda estaría localizada en el área del Txingudi-Bidasoa y la tercera, al oeste de Guipúzcoa.