Marek Halter novela la misteriosa aventura histórica de los jázaros
El escritor recrea la leyenda del reino nómada convertido al judaísmo
Escapado por los pelos del gueto de Varsovia, ladronzuelo en un villorrio de Uzbekistán, estudiante de francés ¡con el mimo Marcel Marceau!, amigo de Ariel Sharon y Yasir Arafat, cofundador de SOS Racismo, biógrafo de Abraham, escritor de éxito... La vida de Marek Halter (Varsovia, 1936; hoy con pasaporte francés) es de las que dejan boquiabierto. Visita ahora España con otra aventura extraordinaria bajo el brazo: su novela Los jázaros (Edhasa), dedicada a este misterioso pueblo nómada que se construyó un imperio en el Cáucaso entre los siglos VII y X y, se cree, se convirtió al judaísmo.
Los jázaros es un thriller histórico de buen pulso en el que la acción transcurre en dos tiempos: el siglo X, con la llegada de un enviado del gran rabino de Sefarad a la corte jázara para confirmar los rumores de la existencia de esa extraña y nueva Israel, y la época actual, con las peripecias de un escritor que descubre una conspiración de ribetes geoestratégicos en el Cáucaso en la que están involucrados, precisamente, unos descendientes actuales de los jázaros, los judíos montañeses.
La de los jázaros, gente misteriosa, es una historia llena de ecos épicos -el propio Halter se interesó por ellos a partir de un poema de Pushkin: 'Y esa mañana se levantó el bravo Oleg para dar una lección a los bárbaros jázaros'-. Pueblo nómada turcomano, muy guerrero, descendiente de los hunos occidentales, llegó hacia el 660 a las estepas de Kubán y el bajo Volga, donde fundó un reino, con capital en la legendaria Itil del Volga. Apoyada en fortalezas como la poderosa Sarkel la Blanca, en el Don, la Jazaria funcionó como tapón de las invasiones asiáticas (los pechenegos), pero acabó atenazada entre el reino ruso y el Imperio Bizantino, hasta su extinción. Un jagán -soberano- jázaro, Bulán, se convirtió al judaísmo en un acto de realpolitik, según Halter, para distanciarse de los otros imperios de la época y tras estudiar, se dice, las otras opciones (cristianismo e islamismo) -la llamada 'polémica jázara', asunto central de la célebre novela de Mirolad Pavic Diccionario jázaro (Anagrama).
Para Halter, no obstante, fue precisamente su judaísmo lo que hizo casi desaparecer a los jázaros y su reino de las páginas de la historia. 'Los sitios arqueológicos jázaros se encuentran en territorio ruso, y los rusos nunca han querido reconocer la deuda histórica que tienen con ese pueblo', explica Halter, un hombre de aspecto inquietante, casi feroz, pero que se revela cortés, paciente y un sensacional contador de historias. 'Deberles algo a esa gente que era judía les ha parecido siempre a los rusos inaguantable'.
Halter , erigido en paladín de ese pueblo 'silenciado mil años', denuncia que los vestigios jázaros fueron sistemáticamente destruidos. Stalin incluso hizo construir, dice, un lago artificial sobre las ruinas de Sarkel -'convirtiéndola en una especie de Atlantis jázara'-y envió al gulag a los historiadores que se ocuparon del antiguo pueblo.
El escritor, que en su calidad de periodista y representante de organismos como el Comité Internacional para la Paz Negociada en Oriente Próximo y el Instituto Sajarov ha tenido acceso a grandes personalidades políticas, tuvo la oportunidad de preguntar a Vladímir Putin por los jázaros. 'Me dijo que si no pensaba que él ya tenía bastantes problemas', recuerda con una sonrisa torcida. Para el escritor, los jázaros eran arios y por tanto se da la atroz paradoja de que Hitler, exterminando a sus descendientes entre los judíos centroeuropeos, 'lo que hizo fue asesinar a millones de arios'.
Halter conoce bien a Arafat y a Sharon, a los cuales ha entrevistado, mediando entre ellos, durante la última crisis. Dice que entre los dos personajes hay más que política y compara su relación con la que existía entre Francisco I y Carlos V. De Arafat dice que se toma los actos de Sharon como algo personal y de éste que 'lo más terrible de él es que cree absolutamente en lo que dice y lo que hace'.
Para Halter, la solución en Oriente Próximo pasa por crear una confederación jordano-palestino-israelí.
Babelia
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