La ampliación de la OTAN enfría las relaciones entre EE UU y Rusia

La ampliación de la Alianza Atlántica a países del Este es hoy el principal escollo que enfrenta a Estados Unidos y a Rusia en el terreno de la seguridad, una vez que ambos han alcanzado un acuerdo para reducir sus arsenales de cabezas nucleares y que Moscú y la OTAN han creado un foro especial para tratar 'a 20' problemas sensibles como la lucha contra el terrorismo o la defensa frente a misiles de corto alcance. Así se ha puesto de relieve en la reunión de ministros de Exteriores de la Alianza celebrada ayer y anteayer en Reikiavik, donde sólo EE UU ha dejado clara su apuesta por la ampliación frente a la frialdad de los europeos y la resistencia de Moscú.

Para los 19 ministros, según la declaración final de la reunión del Consejo Atlántico, la ampliación 'reforzará la seguridad en la región euroatlántica'. Es exactamente lo contrario de lo que opina el ministro ruso de Exteriores, Ígor Ivanov, quien ha afirmado en la capital islandesa que ese proyecto 'no aporta más seguridad a la Alianza ni a los candidatos'.

Esos candidatos son Lituania, Letonia, Estonia, Rumania, Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Macedonia y Albania, mientras Croacia también ha expresado su interés en ponerse a la cola. Los seis primeros, por tanto, son países integrados en su día en el Pacto de Varsovia, dispuestos a seguir el mismo camino que ya recorrieron en 1997 Polonia, Hungría y la República Checa ante el profundo malestar de Moscú. Ahora, Rusia ve con recelo cómo la OTAN busca profundizar sus confines y su influencia geoestratégica, pero lo hace precisamente hacia las fronteras rusas. 'Es una oportunidad que Washington no quiere perder de ninguna manera', asegura un alto diplomático que ha seguido de cerca los contactos de estos días en Reikiavik.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, ha declarado que la ampliación será 'sustancial', un término más diplomático que 'robusta', empleado hace tres meses por el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, para aventurar que, en efecto, es muy probable que sean hasta los siete primeros citados los países a los que se dé la bienvenida en la cumbre de la OTAN de noviembre en Praga.

En esa cumbre los líderes de los 19 decidirán qué candidatos han demostrado 'su capacidad de participar en la defensa colectiva' y 'su firme voluntad de contribuir a la estabilidad y la seguridad, especialmente en zonas de crisis y de conflicto', como han destacado ahora en Reikiavik los 19. Para los europeos, según varios diplomáticos asistentes a la cita en la capital islandesa, la ampliación no es vista 'con demasiado atractivo' porque, en su opinión, esos nuevos países aportarán 'muy poco' a esa defensa colectiva. 'Washington, sin embargo, sí dispondrá de una lista más larga que la actual para disponer de ellos a la carta si los necesita para algo, como ha hecho con los europeos en el caso de Afganistán', asegura uno de los diplomáticos . Los ministros de Exteriores de todos esos candidatos han estado estos días también en Reikiavik para asistir al Consejo de Asociación Euroatlántico.

Josep Piqué se mostró ayer en la cita muy locuaz, a juicio de varios ministros aliados, y en su buen afán de describir a los periodistas por qué Grecia bloquea el acuerdo de la UE y la OTAN para que la política europea de defensa sea realmente operativa, contó las claves de la negociación ante el escándalo del secretario general de la OTAN, George Robertson, presente en la conferencia de prensa, y de los principales afectados.