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La inversión española en el extranjero cae un 34% por la crisis de América Latina

Las empresas españolas desinvirtieron 923 millones de euros en Argentina en 2001

La inversión neta española en el extranjero cayó un 34,13% en 2001 -alcanzó los 32.824 millones de euros- a causa de la disminución de los flujos destinados a América Latina, según datos facilitados por la Secretaría de Estado de Comercio y Turismo española . La inversión en ese continente experimentó una caída del 83,43%, sobre todo en Argentina y en Bolivia, dónde las empresas españolas desinvirtieron, respectivamente, 923 millones y 16 millones. La UE detrajo parte de los capitales exportados a Latinoamérica y registró un aumento del 27,73% de la inversión española.

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Otros países del área latinoaméricana como México y Brasil siguieron recibiendo flujos apreciables de inversión -1.453 y 1.406 millones de euros respectivamente- aunque mucho menores que el año anterior. En América Latina, sólo la República Dominicana, Guatemala y Uruguay se salvan de la quema y consiguen arrebatar más capitales españoles que en 2000.

América Latina, que en 1999 acaparaba el 65,6% de la inversión española, sólo logró atraer el año pasado un 10% de los flujos financieros que salieron de España. La mala racha que atravesó la economía mundial en 2001 explica, en buena medida, el retroceso de la inversión, pero en el caso de España será especialmente acusada porque iba dirigida a un continente más golpeado por la crisis.

Los dos últimos años del siglo pasado, España cosiguió izarse al sexto puesto de los inversores mundiales, por delante de países con economías más desarrolladas como Japón e Italia.

A lo largo de 2001, la Unión Europea, que absorbía un 26,93% de los capitales exportados desde España, acaparó hasta el 78% convirtiéndose en el primer destino de la inversión española.

Luxemburgo se situó a la cabeza de los receptores europeos de inversión española (con 10.618 millones de euros lo que equivale al 32% del total), seguido por los Países Bajos (8.882 millones que representan un 27% del total). Ambos países ofrecen el aliciente de gravar poco a las empresas.

Italia dio un espectacular salto adelante -un crecimiento del 380% y 2.094 millones de inversión- colocándose ahora por encima de Alemania, Francia y del Reino Unido.

Grecia, que era hasta ahora ignorado por las compañías españolas, fue en el país en el que más aumentó la inversión española (25.745%) al pasar prácticamente de la nada hasta los 137 millones de euros.

A diferencia de la UE, Europa del Este no resultó atrayente para las empresas españolas. Su inversión en toda la zona sigue siendo insignificante -221 millones de euros- y se redujo además el año pasado casi tanto como en Latinoamérica (82,48%). Hungría se llevó el mayor pellizco (174 millones de euros). La tendencia es considerada preocupante porque la mayoría de esos países ingresarán en los próximos años en la UE.

Entre las potencias desarrolladas, EE UU perdió también interés para los empresarios españoles que le dedicaron tan sólo 1.345 millones de euros, un 81,19% menos que en 2000.

Los paraisos fiscales resultaron, por otra parte, menos atractivos para las compañías españolas, que a lo largo del año pasado desinvirtieron 11,8 millones de euros sobre todo en las Islas Caimán, Panamá, Antillas Holandesas y Gibraltar. Su 'paraíso' preferido fue las Islas Vírgenes (36 millones de inversión).

La única región del mundo que, junto con la UE, obtuvo el año pasado más inversión española -un 15% más- fue Extremo Oriente. Con tan sólo 49 millones de euros, la cifra que recibe sigue, sin embargo, siendo simbólica.

La diversificación de las empresas españolas no pasa aún por Asia. La única excepción es Japón, al que la estadística española coloca entre los países de la OCDE. Logró, por primera vez, canalizar un monto significativo de inversión española: 827 millones de euros.

Crisis hispano-marroquí

La crisis diplomática hispano-marroquí ha afectado de lleno a la inversión española en Marruecos que cayó un 77,3% hasta tan sólo los 6,58 millones de euros equivalentes al 0,02% de los flujos que salieron de España.

En 1999, año récord en el que un consorcio encabezado por Telefónica obtuvo la segunda licencia de móviles, el vecino meridional se granjeó 157 millones -23 veces más que ahora- y en 2000 obtuvo aún 30 millones.

Marruecos, que algunos años fue el principal beneficiario de la inversión española en África, fue relegado el año pasado al segundo puesto por Egipto.

Por un lado, falta el apoyo oficial a los empresarios que quieren instalarse del otro lado del Estrecho. La conversión de deuda marroquí con España por inversión está agotada y no se va a aprobar, por ahora, ningún nuevo tramo. Por otro lado,los hombres de negocios españoles que operan en Marruecos señalan que el ambiente se ha enrarecido y demoran sus decisiones.

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