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El comercio mundial cae un 4%, el mayor desplome en 20 años

El fin de la 'burbuja' tecnológica castigó las exportaciones en 2001

Fernando Gualdoni

Tres factores fueron los máximos responsables de que el comercio mundial se desplomase durante 2001: El estallido de la burbuja del negocio de las nuevas tecnologías, la caída de la demanda en Europa Occidental y una extensión, mayor de la calculada inicialmente, de los efectos de los atentados terroristas del 11 de septiembre en EE UU.

Todos estos elementos, y fundamentalmente el primero, han provocado que el comercio mundial cayese un 1% en volumen y un 4% en valor durante 2001, el mayor descenso anual desde 1982, según el informe publicado ayer por la Organización Mundial de Comercio (OMC). En 2000, el comercio mundial había experimentado un incremento récord del 12%.

Los tres grandes grupos de mercancías de exportación han sufrido: los productos agrícolas, los minerales y los manufacturados. Los intercambios de servicios se contrajeron un 1,5% en 2001 (el primer retroceso desde 1983), principalmente por el marcado descenso de la actividad del subsector de viajes y turismo tras los atentados del 11 de septiembre. El valor de las exportaciones de algunos servicios comerciales como el de las telecomunicaciones, los seguros y los servicios financieros se incrementó durante 2001. Sin embargo, este aumento no ha sido suficiente para paliar la caída del sector de transportes y turismo.

Las regiones y países donde el declive de las exportaciones fue mayor son que tienen una fuerte industria de nuevas tecnologías, como los del sureste asiático (Singapur, Taiwán) y EE UU. Según datos de la industria, la venta mundial de semiconductores retrocedió un 29% durante el año pasado, la de ordenadores personales un 5% (el primer año de caída desde 1985) y el de teléfonos móviles un 3% después de haber registrado aumentos del 100% durante los dos años precedentes.

'Para todo este año esperamos que el comercio mundial experimente un crecimiento medio del 1%', explica Karl Michael Finger, director de la división de estudios y análisis económicos de la OMC. 'Esperamos que la recuperación de la economía estadounidense se haga sentir en el comercio mundial en el segundo semestre del año y que este impacto sea suficiente para revertir la caída registrada en 2001', añade. 'Lo que no prevemos es que el sector de las nuevas tecnologías vuelva a disparar el comercio mundial como en 2000, puesto que el crecimiento de esta industria se moderará en los años venideros debido a una menor demanda e inversión en el sector', concluye Finger.

En Europa Occidental, que representa más de un tercio del comercio mundial, la OMC no espera un fuerte incremento de la demanda de cualquier tipo de productos. Si hay una recuperación de las importaciones y exportaciones, ésta será bastante leve este año, según la organización.

Efecto sobre América Latina

La recuperación de la economía estadounidense afectará positivamente a América Latina, y muy especialmente a México, que destina un 40% de sus exportaciones a su vecino del norte, según la OMC. No obstante, Finger destacó que 2001 no ha sido bueno para las principales economías del Mercosur y lo que va de 2002 tampoco es muy esperanzador. Durante el año pasado, las exportaciones argentinas cayeron un 64%, las de Brasil un 25% y las de Chile, un 16%. En los primeros tres meses de 2002, las ventas exteriores de Argentina ya acumulan una caída del 3% con respecto al mismo periodo del año anterior, las de Brasil un 14% y las de Chile, un 12%; debido principalmente a la crisis argentina en ambos casos. De México sólo hay estadísticas comerciales de los dos primeros meses, que indican una caída más moderada: del 7% de las exportaciones y de un 7,5% de las importaciones.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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