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El Plan Hidrológico destina 200 hectómetros a Castilla-La Mancha, que los detraerá del Júcar

Albacete consumió 460 hectómetros cúbicos de agua en 1999 sólo para cultivar maíz

El Plan Hidrológico Nacional (PHN), que apuesta por el trasvase del Ebro para equilibrar las cuencas deficitarias del sureste peninsular, asigna 400 hectómetros cúbicos a la del Júcar, 315 mediante el trasvase del Ebro y otros 90 por modernización de la Acequia Real del Júcar. La mitad de ellos irán a parar a Castilla-La Mancha, que necesariamente los detraerá del curso alto del Júcar, de mucha mejor calidad que la del Ebro. Esta sustitución de caudales, con pérdida de calidad, perjudica a los regadíos tradicionales de Valencia, según revela un informe de un consultor en temas hidrológicos.

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El importante papel que ha tenido Castilla-La Mancha en la gestación del PHN se ha 'mantenido entre bastidores' a causa de que 'los medios gubernamentales' han transmitido la imagen de que el agua del Ebro se destina a 'la sedienta costa mediterránea', asegura en un estudio Antonio Estevan, ingeniero industrial, consultor ambiental y asesor de política hidrológica del Gobierno balear. Sin embargo, el reparto de los nuevos caudales en la cuenca del Júcar supone 200 hectómetros extras para los castellano-manchegos, 'básicamente en Albacete y quizá algo en Cuenca'.

En su informe, Estevan argumenta que, 'por razones geográficas obvias', los aportes del Ebro no pueden llegar a Castilla-La Mancha, siendo el alto Júcar el que tendrá que aportar esos caudales, compensándose río abajo con agua del Ebro, de peor calidad, que tendrán que aprovechar las zonas costeras de la Comunidad Valenciana. 'Castilla-La Mancha, además de ser la tercera comunidad autónoma receptora de agua, sería la primera y de hecho la única beneficiaria en calidad', dice el experto.

El problema, según Estevan, es que en La Mancha el uso del agua fundamental es el agrario, sobre todo en maíz y otra plantas herbáceas. Sólo en maíz, según datos del Instituto Nacional de Estadística, los cultivos castellano-manchegos emplearon en 1999 hasta 963 hectómetros cúbicos, más aún que el volumen que el trasvase enviará a las cuencas al sur del Ebro: 860 hectómetros.

Y sólo en Albacete, principal beneficiada del PHN, el cultivo del maíz consumió ese año 466,2 hectómetros, para producir 272.373 toneladas y generar una renta bruta de 7.656 millones de pesetas. Con estos datos, el experto afirma que cada metro cúbico asignado al maíz manchego produjo una renta de sólo 16,4 pesetas (0,1 euros), tres veces menos que el coste ('infravalorado', según los ecologistas) de trasvasar agua del Ebro: 52 pesetas (0,31 euros), según el PHN. Lo que significa que difícilmente el agua del Ebro paliará la sobreexplotación de los acuíferos del Júcar en la meseta manchega.

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'La finalidad del trasvase del Ebro', se lamenta Estevan, 'por lo que se refiere a Castilla-La Mancha, es posibilitar el mantenimiento e incluso la expansión de estos cultivos de maíz, que ya no son sostenibles por la severa sobreexplotación que han ocasionado en los acuíferos de la Mancha Oriental y en el manto freático del Júcar'. Situación que agravará la construcción del Canal de Albacete para crear 6.000 nuevas hectáreas de regadío en la meseta manchega.

Estevan afirma que el maíz es un cultivo inadecuado para una meseta semiárida y recuerda que se mantiene gracias a las subvenciones de la PAC. 'El despropósito económico que supone trasvasar agua del Ebro para compensar la esquilmación de los recursos naturales del agua por el cultivo de maíz y otros productos de baja rentabilidad en Castilla-La Mancha queda completamente oculto en el PHN'.

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