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Un estudio oficial concluye que no hay productos tóxicos en el cauce de la Ría

Los sedimentos en 12 kilómetros del cauce están contaminados

El cauce de la ría de Bilbao no presenta productos tóxicos en los 12 kilómetros que discurren entre la capital y la desembocadura en Portugalete, aunque casi todos sus sedimentos son materiales contaminados. Un estudio impulsado durante el último año y medio por el Puerto de Bilbao, que no cifra el volumen de lodos afectados, concluye, con todo, que el grado de contaminación de los mismos 'no es alarmante'.

El estudio forma parte del proyecto de regeneración ambiental emprendido en 2000, financiado casi íntegramente por la Unión Europea, que ha recuperado tres afluentes del Nervión en el área metropolitana: Cadagua, Galindo y Udondo-Gobela, en los que se han extraído 350.000 metros cúbicos de sedimentos. Sólo está pendiente la limpieza del Asua, donde se han localizado lodos tóxicos que no han podido retirarse por la falta de un depósito que los albergue.

Este plan, con un presupuesto de 18 millones de euros, finalizaba con la elaboración de un informe de caracterización de los sedimentos de la Ría a lo largo de 12 kilómetros: entre el puente del Ayuntamiento de Bilbao y la desembocadura en Portugalete, las cuatro dársenas interiores (la Benedicta, Udondo, Axpe y Portugalete) y el Canal de Deusto.

El trabajo, elaborado durante 14 meses por las fundaciones Labein, Azti y Gaiker, concluye que 'prácticamente la totalidad de los sedimentos' se clasifican como contaminantes que han sobrepasado las concentraciones límites. Por ello, afirma que 'deben ser aislados o confinados'.

El estudio no cuantifica en sus conclusiones el volumen de materiales contaminados y sólo precisa que las zonas más afectadas son las de mayor estancamiento o acumulación de lodos, como las dársenas de la Benedicta y Udondo, a la altura de los municipios de Sestao y Erandio, respectivamente.

En estas zonas de dársenas, al ser áreas de acumulación donde se producen menos movimiento de corrientes, se han localizado las mayores cantidades de lodos, con espesores de hasta tres metros.

La contaminación de los sedimentos del cauce de la Ría, según se desprende del estudio, no tiene una distribución uniforme tanto en extensión como en sus diferentes capas. 'Dentro de esa contaminación existen unos baremos muy amplios', señala. El análisis realizado, que ha contado con la colaboración de la Universidad del País Vasco a través de sus departamentos de biología y zoología, revela la existencia de cuatro tipos diferentes de metales pesados: arsénico, cadmio, mercurio y cobre.

'En todos los casos esa contaminación es puntual y no se han encontrado rastros de productos tóxicos', añaden las conclusiones elaboradas por la Autoridad Portuaria de Bilbao. Por ello, se considera que el grado de contaminación en la ría de Bilbao no es alarmante, 'ya que se han eliminado las fuentes que en su día fueron contaminantes. La propia Ría realiza labores de autodragas y los sedimentos que arrastra la corriente son naturales'.

Una limpieza millonaria

Este estudio es la antesala de un futuro proyecto de limpieza completa de la ría de Bilbao, cuya ejecución es incierta debido a la elevada inversión. El Ministerio de Medio Ambiente presentó una memoria en 1999, enviada a la Unión Europea para solicitar ayudas económicas, en la que se calculaba un coste de 1.500 millones de euros y un plazo de ocho años 'dada la longitud del sistema fluvial, unos treinta kilómetros, por lo que es necesario actuar por fases'. Los ecologistas ya han alertado del problema de mover sustancias contaminantes y de la falta de un depósito para albergarlas.

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