Cuatro meses de crisis
El peronista Eduardo Duhalde ha dirigido el temporal argentino desde el primer día en que comenzó su Gobierno, el pasado 1 de enero, pero sólo ayer se produjo su primera crisis de gabinete. Así como en diciembre la congelación de depósitos desencadenó la caída del radical de Fernando de la Rúa, otra vez el corralito amenaza la continuidad del Ejecutivo, en momentos en los que negocia un acuerdo cada vez más lejano con el Fondo Monetario Internacional para reanudar la ayuda financiera.
El debilitamiento del sistema bancario ha sido sólo uno de los serios problemas que Duhalde debió afrontar. Recibió el país después de ver pasar cuatro presidentes en 11 días, cuando se acababa de suspender pagos de su deuda externa, sin reservas para sostener la paridad fija del peso con el dólar, con un 40% de pobres, algunos de ellos saqueando comercios, y cacerolazos de la clase media harta de la recesión y de la clase política.
Durante el Gobierno de Duhalde, que llegó al poder con el voto de los legisladores peronistas y radicales, todos esos inconvenientes no sólo permanecieron sino que se agravaron. El ministro de Economía saliente, Jorge Remes Lenicov, anunció el día de Reyes que el peso dejaba de equivaler a un dólar. Aquella paridad que había sobrevivido durante 11 años era insostenible, pero la mayoría de los economistas criticaron que se devaluara sin el respaldo de un plan de ordenamiento fiscal y crecimiento económico. La moneda argentina se ha depreciado el 71% y la inflación ascenderá al 16% en el primer cuatrimestre del año, según pronósticos privados. Los alimentos de primera necesidad, como el aceite, el pan y los lácteos han registrado fuertes aumentos de precios. Incluso escasea el gasoil, lo que pone en peligro los servicios de transporte de pasajeros y cargas. Duhalde había prometido el 1 de enero que devolvería los ahorros congelados en la moneda en que habían sido depositados, en pesos o dólares. A fines de ese mes, la realidad del sistema bancario le obligó a cambiar de idea y anunció la pesificación de los depósitos en divisas y su devolución a partir de 2003.
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