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Asedio por hambre en Belén

La tensión crece entre los palestinos encerrados en la iglesia de la Natividad ante la falta de alimentos, luz y agua

Jorge Marirrodriga

Las declaraciones de algunos de los jóvenes palestinos que han salido -los últimos cinco, el pasado domingo por la tarde- de la basílica de la Natividad en Belén sobre las condiciones en las que se encuentran las personas en el interior del templo cristiano, y sus posibles desacuerdos, han desatado un cruce de acusaciones entre las autoridades israelíes y palestinas. Mientras, se ha endurecido el control que el Ejército israelí mantiene sobre el perímetro del complejo de edificios de la Natividad y el toque de queda en Belén. Anoche se escuchaba un intenso tiroteo entre el Ejército israelí y los milicianos palestinos.

Según uno de los jóvenes en el interior del templo, se encuentran al menos otros 50 palestinos que quieren salir, pero los milicianos armados reclamados por Israel se niegan a ello. El Gobierno y los medios israelíes difundieron ayer el testimonio de Taher Manasra, de 20 años, quien fue herido la semana pasada por un francotirador israelí mientras buscaba plantas para comer en el exterior de la basílica. El joven aseguró que existen grandes tensiones en el interior del complejo entre los palestinos ante la prolongación de asedio iniciado el 2 de abril y que, según fuentes del Ejército israelí, podría prolongarse otras dos semanas. Para Manasra, por un lado estarían los milicianos palestinos -algunos de la fuerza 17, la guardia personal de Yasir Arafat-, que se niegan a entregarse, y por otro, los civiles palestinos, cuya moral estaría mermada por las duras condiciones de su refugio.

Para salir del templo algunos jóvenes se ayudaron de escaleras puestas por los israelíes
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Tras Manasra, ayer otros cinco jóvenes palestinos, cuyos movimientos habían sido detectados por los militares, se entregaban al Ejército. Para salir del complejo se ayudaron de escaleras colocadas por los israelíes. Fuentes palestinas señalaron que algunos de ellos son colaboracionistas y que las informaciones israelíes son una manipulación. 'Todo es una mentira. Nadie está reteniendo a nadie', declaró a este periódico Shauki Issa, uno de los responsables de la organización palestina de defensa de los derechos humanos Law. 'Si hay problemas con la comida es precisamente porque los israelíes no dejan que pasen los alimentos'. Isaa dijo que tanto el Vaticano como otras iglesias cristianas estaban realizando intensas gestiones y que éstas habían sido rechazadas por las autoridades israelíes.

Las condiciones en el interior del complejo religioso se degradan a medida que pasan las horas. Ayer se supo que la dieta de los últimos días había sido exclusivamente a base de arroz y galletas y desde el viernes estos alimentos también se han agotado. A ello hay que añadir la falta de electricidad y agua corriente y la presencia de cinco cadáveres sin enterrar.

El Ejército de Israel ha difundido hace dos días unas imágenes nocturnas tomadas con rayos infrarrojos en las que se observa a una persona tratando de saltar una tapia de un edificio mientras otras se lo impiden. Los militares aseguraron que se trata de la basílica de la Natividad y las imágenes mostrarían esta división interna entre los palestinos. 'La moral en el interior es muy alta', rebatió Salim Degaulle, jefe de Salud Pública de Belén, quien rechazó también las informaciones israelíes. Degaulle añadió que el severo toque de queda al que está sometida la población de Belén está causando emergencias sanitarias. 'He tenido que atender por teléfono a heridos en el ataque israelí y en el hospital no hay medicamentos. Hay casos muy graves, como, por ejemplo, personas con insuficiencias renales que necesitan medicinas', afirmó.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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