Los historiadores piden que se conserven los restos del Born y que la biblioteca vaya a otro lugar

Un grupo de historiadores de diversas tendencias, encabezados por el catedrático de la Pompeu Fabra Josep Fontana, máximo especialista de la historia económica catalana moderna y contemporánea, han hecho público un manifiesto para que se conserven in extenso, como conjunto, los restos arqueológicos hallados bajo el Born cuando se procedía a edificar la Biblioteca Provincial. Los estudiosos consideran inadecuado el antiguo mercado barcelonés para que se instale allí el equipamiento y solicitan a las administraciones que, sin dilaciones, encuentren una alternativa viable.

A los arqueólogos y museólogos, que se pronunciaron en los días pasados en el mismo sentido, como ya hiciera el miércoles el arquitecto Oriol Bohigas en un artículo publicado en este diario, se añade ahora al debate más intenso que ha vivido la ciudad en los últimos años un selecto grupo de historiadores, especialistas en historia medieval, moderna y contemporánea.

'No hemos querido lanzar un manifiesto con muchas firmas, sino con estudiosos de diferentes tendencias y universidades, tanto nacionalistas como no nacionalistas', destaca Joaquim Albareda, uno de los impulsores del documento. 'No se trata de un escrito patriótico-sentimental ni gremialista. Pretende evitar el falso debate entre libros y piedras y llevarlo al terreno del significado histórico y político de esos restos, que es el de la lucha contra el absolutismo, un fenómeno que se verifica en toda Europa'.

Josep Fontana opina por su parte: 'El Born no es un buen sitio para una biblioteca. Es preciso que se mantengan allí los restos de la Barcelona de 1714 y se busque una nueva ubicación, quizá mejor comunicada, para la Biblioteca Provincial. Con Ernest Lluch estudié la guerra de Sucesión y creo que como testimonio de la ciudad destruida las ruinas deben mantenerse'. El catedrático añade que un buen lugar alternativo hubiera sido el seminario de la calle de Balmes: 'Alguien tendrá que responsabilizarse por no haberse quedado con él cuando, hace unos años, se especuló con la venta del edificio. Aquél hubiera sido un sitio ideal. Pero la estación de Francia tampoco es un mal lugar'.

Además de Albareda y Fontana, firman el manifiesto Rosa M. Alabrús, Agustí Alcoberro, Pere Anguera, Alfred Bosch, Joan B. Culla, Àngel Duarte, Ricardo García Cárcel, Albert García Espuche, Borja de Riquer, Josep M. Salarich, Eva Serra y Xavier Torres.

El documento empieza diciendo que quienes lo firman son gente 'de libros'. 'La demora [en la construcción de la biblioteca] no puede atribuirse al hallazgo de los restos. Las administraciones implicadas deberían encontrar una alternativa rápida y viable'.

Consideran los historiadores que los restos hallados tienen 'un valor indiscutible' y que su estado de conservación es asimilable al yacimiento de Pompeya por el carácter de vida cotidiana interrumpida que tienen. Piensan además que la cubierta modernista del antiguo mercado es ideal para crear un centro de investigación y pedagógico. El Ayuntamiento se ha expresado también a favor de crear un centro de estudios que dependa del Museo de Historia de la Ciudad.

El manifiesto añade: 'No se puede olvidar la carga simbólica que esos restos contienen. En la tarea de recuperar la memoria colectiva es obvio que nos hemos encontrado con un auténtico tesoro' que representa un 'reto fabuloso' para los gestores culturales.

En la actualidad ha concluido ya toda la excavación de los 8.000 metros cuadrados de superficie del mercado. A finales de la semana próxima las administraciones esperan recibir los informes de los arqueólogos y los arquitectos para decidir el futuro.