_
_
_
_

'Los sitiados de Belén no se van a rendir'

Un joven que escapó de la basílica de la Natividad relata las penosas condiciones en las que resisten 200 combatientes palestinos

Jihad Abu Qamil, un adolescente de 16 años que logró escapar esta semana de la basílica de la Natividad en Belén, asediada desde hace dos semanas por el Ejército israelí, describe un paisaje desolador del interior del templo. El hedor de los cadáveres en descomposición y de las heridas gangrenadas lo inunda todo. 'Un hombre tiene los intestinos al aire, la pierna de otro está destrozada por la metralla. No hay agua para lavarse y sólo hay un retrete para todos', asegura Qamil desde su casa, en el campo de refugiados de Deheisheh, cerca de Belén.

Al menos 250 personas permanecen en el interior de la basílica dispuestas a resistir hasta el final, según Qamil, al que el frío y la falta de sueño le animaron a huir. 'No se van a rendir. Saben que el Ejército israelí no va a disparar'. 'Dentro hay al menos 130 hombres armados, la mayoría de las fuerzas de seguridad palestina, aunque también hay ocho miembros de Hamás y tres o cuatro de las Brigadas de Al Aqsa', asegura este joven, que relata que lo peor de su cautiverio han sido las noches en blanco. 'Los soldados israelíes se dirigían a nosotros con altavoces durante la noche. 'Vuestra madre os ha preparado la comida, salid, estaréis a salvo'.

Más información
Yenín, un campo de horrores
El alcance de la conferencia internacional sobre Oriente Próximo fractura al Gabinete de Bush
Precario regreso a la normalidad en los territorios palestinos
Palestinos e israelíes acuerdan el fin del asedio a la basílica de la Natividad de Belén
Gráfico animado:: Cerco a la basílica de Belén
El Ejército israelí bombardea siete ciudades palestinas
Israel impide que la Cruz Roja visite a 2.500 palestinos en un campo de internamiento
Ocho palestinos y dos monjes abandonan la Basílica de la Natividad en Belén
Ocho palestinos y dos monjes abandonan la Basílica de la Natividad en Belén
Belén cumple un mes en el infierno

Qamil, que entró en la basílica la semana pasada para llevar comida a sus compañeros cautivos, trató de huir con anterioridad junto a otros ocho amigos. Los soldados israelíes le dispararon a los pies nada más salir de la iglesia y no tuvieron más remedio que volver a su encierro. En el segundo intento tuvo un poco más de suerte, no le dispararon, pero nada más traspasar el muro de la basílica le detuvo un soldado israelí.

'Me hizo desnudarme en plena calle y luego me preguntó si había pasado miedo cuando disparaban a la iglesia por la noche, si el sonido de sirenas o los gritos de una niña que salían de sus altavoces me habían asustado', explica. 'Le dije que no, que la gente que estábamos dentro no teníamos miedo. También me preguntó quién nos estaba dando la comida. Le dije que nos la daban los monjes de la basílica, y se enfadó mucho'.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_