Israel impide que la Cruz Roja visite a 2.500 palestinos en un campo de internamiento
El Ejército ordena que se deje de marcar a los detenidos con números en los brazos
El Ejército de Israel denegó ayer el permiso a la Cruz Roja para visitar la base militar de Ofer, cerca de Ramala, donde se encuentran concentrados cerca de 2.500 palestinos detenidos en los campos de refugiados de Cisjordania y Gaza durante estos últimos días. Los detenidos han logrado, sin embargo, romper en las últimas horas el bloqueo informativo a que se encuentran sometidos gracias a los teléfonos móviles que escondieron en el momento de ser cacheados. A través de los aparatos han podido hablar con organizaciones de defensa de los derechos humanos.
'Nos falta de todo. Durante los dos primeros días de la detención no nos dieron nada para comer, no tenemos suficientes mantas y nos encontramos amontonados; en cada celda estamos entre 30 y 40 personas', explicaban ayer los prisioneros palestinos a las organizaciones de defensa de los derechos humanos. Los presos afirman que no sólo les faltan alimentos, también carecen de medicamentos para tratar a los enfermos. Las conversaciones entre los detenidos y las organizaciones humanitarias invariablemente finalizan con un ruego en particular dirigido a sus familiares: 'No les alarmes, diles que estoy bien'.
Estas conversaciones clandestinas están permitiendo a las organizaciones de defensa de los derechos humanos empezar a confeccionar los primeros censos de detenidos, en los que aparece con exactitud el nombre y el número del carné de identidad. Gracias a estos contactos se ha redactado una lista con 50 presos de Nablús, 38 de Belén, 27 de Tulkarem, 20 de Yenín y un número indeterminado de Ramala.
La tarea de recabar e intercambiar información, rompiendo el bloqueo de la base militar de Ofer, tiene las horas contadas. Los números de los teléfonos ocultos han empezado a circular. Este goteo informativo sobre los presos no colma las exigencias de las organizaciones humanitarias, que trataban ayer de plantear una reclamación ante el Tribunal Supremo en la que se reclamaba una sola cosa: el derecho de los abogados a ponerse en contacto con los detenidos.
En esta misma línea, tres representantes de organizaciones de derechos humanos palestinas -Jader Shkirat, por Law; Hanan Ashraui, por Miftah, y Raji Surani, por el PCHR- remitieron un escrito a los cónsules europeos en Jerusalén pidiendo ayuda.
La ofensiva más importante para romper el silencio la protagonizaba, sin embargo, con toda discreción, la Cruz Roja Internacional, que pidió ayer permiso para entrar en Ofer y ponerse en contacto con los presos, de forma que se recortara el periodo de espera que está pactado entre Israel y la organización humanitaria.
La respuesta fue un no rotundo. La base militar de Ofer, en el término municipal de Betunia, se ha convertido en una cárcel secreta, aseguraban ayer los responsables de las organizaciones humanitarias. Las mismas fuentes recordaban que la base de Ofer fue creada durante la primera Intifada para internar a los presos palestinos, pero que fue posteriormente cerrada en virtud de los Acuerdos de Oslo y el proceso de paz. Sin embargo, las autoridades militares israelíes decidieron estas semanas reabrir las instalaciones con el objetivo de que sirvieran de centro de concentración de los palestinos detenidos en los campos de refugiados.
En un esfuerzo por lavar la imagen deteriorada por estas detenciones masivas, el Ejército ordenó ayer a los soldados que dejaran de marcar en los brazos con un número identificativo a los palestinos detenidos. Esta práctica ha desatado la indignación de las organizaciones humanitarias, que recordaban que el régimen nazi marcaba también con números los brazos de los judíos. En un intento de minimizar el escándalo, un responsable militar declaró ayer: 'Esta tinta sí se puede borrar'. El mando militar se ha comprometido asimismo a revisar otra práctica de dudosa legalidad y muy criticable desde el punto de vista humanitario: la de vendar los ojos de los prisioneros.
El tema del trato a los presos palestinos fue debatido ayer de manera agria en la Comisión de Exteriores y de Defensa del Parlamento israelí, y desembocó en una agria discusión sobre el tema, que fue suscitado por el líder laico del partido Shanui, Tomy Lapid, quien recordó que los primeros casos de numeración en los brazos ya fueron denunciados desde la prensa israelí en diciembre.
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