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Yugoslavia promete una cooperación plena con el tribunal de La Haya

EE UU amenazó con congelar sus ayudas

Inmersa en una profunda crisis política y con la velada amenaza estadounidense de congelar ayudas por valor de 40 millones de dólares (45 millones de euros), el Gobierno serbio anunció ayer su disposición para 'cooperar plenamente' con el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), con sede en La Haya. 'El Gobierno federal ha decidido por unanimidad cooperar plenamente con el TPIY y ha transmitido esta decisión a todos los órganos del Estado', declaró el ministro yugoslavo de Asuntos Exteriores, Goran Svilanovic.

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Yugoslavia -formada por Serbia y Montenegro que pronto cambiará de estructura estatal para dejar de ser una federación y convertirse en un solo país-, 'forma parte de la ONU, lo que le obliga a cooperar con el TPIY', agregó Svilanovic, quien señaló que el presidente yugoslavo Vojislav Kostunica había sido informado de la decisión.

'Después de esta medida, todos los órganos del Estado están obligados a cooperar plenamente con el TPIY, lo que quiere decir que se debe permitir el acceso a los archivos, siempre que la dignidad nacional no se vea dañada, y detener y transferir a La Haya a los acusados por crímenes de guerra', añadió el ministro de Justicia, que no quiso confirmar la posibilidad de que se produzcan detenciones en los próximos días.

La ratificación por parte del Gobierno yugoslavo de la decisión que tomó la semana pasada el Gobierno serbio se produjo en una reunión extraordinaria, en un momento en que una crisis política amenazaba no sólo la estabilidad política de Yugoslavia, sino también su economía.

'Nueva amenaza de sanciones', tituló ayer en su primera página el diario Glas Javnosti. Bajo la legislación estadounidense, Serbia sólo podrá recibir el resto de la ayuda financiera prometida para este año si el Gobierno de George W. Bush certifica que ha pasado una serie de pruebas, entre otras su cooperación efectiva con el TPIY. El ultimátum estadounidense expiró el pasado domingo. Sin embargo, fuentes del Departamento de Estado indicaron ayer desde Washington que es muy posible que Colin Powell dé un poco más de tiempo al Gobierno yugoslavo para demostrar su voluntad de cooperar antes de tomar medidas como la congelación de las ayudas. En cualquier caso, la Administración de EE UU ha dejado muy claro que no tiene la intención de transigir en el tema de la cooperación con La Haya, un tema especialmente sensible en Serbia, muchos de cuyos ciudadanos consideran que el tribunal de Naciones Unidas es un instrumento antiserbio. Milosevic fue el último ciudadano serbio entregado al TPIY, el pasado mes de junio. Entre los antiguos colaboradores de Milosevic que las autoridades serbias se han comprometido a entregar figuran pesos pesados como Milan Milutinovic, presidente de Serbia en la actualidad, o Nikola Sainovic, ex viceprimer ministro serbio; aunque no están los dos personajes más buscados: los jefes político y militar de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic y Ratko Mladic.

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Esta crisis ha representado un nuevo enfrentamiento abierto entre las dos figuras que controlan el país, el primer ministro serbio, Zoran Djindjic, y el presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica. Djindjic, mucho más prooccidental que Kostunica, mantiene que la cooperación con La Haya es una necesidad para la economía del país y para su plena integración en la comunidad internacional.

'El presidente [Kostunica] no sólo huye de su parte de responsabilidad por la cooperación con La Haya, sino que lleva una campaña activa en contra desde hace año y medio', dijo Djindjic en una intervención televisada el domingo por la noche. Pero representantes de la formación de Kustunica respondieron que 'el presidente no tiene poder para bloquear ninguna entrega'.

Por otra parte, la fuerza multinacional de la OTAN en Bosnia (SFOR) anunció ayer la captura de un presunto criminal de guerra, el serbobosnio Momir Nikolic, que fue trasladado anoche a La Haya, donde será acusado de genocidio. Entre julio y noviembre de 1995, Nikolic fue responsable de los servicios de seguridad de la brigada que actuaba en el área de Srebrenica.

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