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Amnistía teme nuevos casos y pide que se mantenga la presión a Nigeria

Amnistía Internacional (AI) mostró ayer su satisfacción por la absolución de Safiya Hussaini, pero la nueva condena a lapidación por adulterio formulada el pasado viernes a otra mujer en el estado de Katsina ha forzado a la organización a llamar a que se mantenga la presión sobre el Gobierno de Nigeria, para que intervenga en los once estados del norte donde se aplica la sharía o ley islámica.

AI y una ONG dedicada a temas nigerianos, Baobab por los Derechos Humanos de las Mujeres, denunciaron ayer que la sharía que se aplica en los tribunales del norte de Nigeria está orientada a castigar a las víctimas de los abusos sexuales y que los hombres violan o coaccionan a las mujeres y niñas 'seguros de su impunidad'. Ambas organizaciones transmiten que han observado cómo la aplicación de la ley islámica está sirviendo para cometer 'serias violaciones de los principios de los derechos humanos y del derecho internacional'. Y citan una lista de estas violaciones, que incluye los castigos crueles, inhumanos y degradantes (lapidación, flagelación o amputación de miembros), el incumplimiento de las normas internacionales sobre un juicio justo, así como discriminación por razón de sexo y por estatus social, falta de información judicial a los jueces de los tribunales de la sharía y potestad de condenar a muerte de estos tribunales.

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Las entidades religiosas islámicas en España se sumaron ayer a la satisfacción generalizada por la decisión del tribunal de apelación. Josep Fernández, portavoz de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas, denunció la condena por lapidación, de 'injusta desde todos los puntos de vista, incluido el islámico'. 'El Corán no habla de pena de lapidación', añadió.

La 'sharía' en once estados

En 2000 un total de once estados del norte de Nigeria aprobaron la sharía en su territorio. La mayoría musulmana de estos territorios aplaudió la expansión de la ley islámica, ante la oposición de la minoría cristiana. Basada en el Corán, la ley islámica ofrece unas reglas de comportamiento para los musulmanes que, caso de ser transgredidas, pueden acarrear incluso la pena de muerte.

Nigeria se rige por una constitución federal y es el país más poblado de África, con casi 110 millones de habitantes. A partir de los años sesenta, su economía, basada hasta entonces exclusivamente en la agricultura tradicional dio un giro con el desarrollo de la industria petrolera en el sur del país.

Hoy los grupos islamistas más rigoristas, educados en las doctrinas saudíes, desafían al Gobierno nigeriano y no reconocen autoridad a un Estado que antepone la Constitución a Dios.

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