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Reportaje:

La fiel guardiana del héroe desconocido

Condecorada una onubense por cuidar la tumba del 'hombre que nunca existió'

La Medalla del Imperio Británico la recibieron los Beatles y la suele imponer la reina de Inglaterra en el palacio de Buckinham. Es la segunda condecoración en importancia de la monarquía inglesa y anoche, en un solemne acto celebrado en la Casa Colón de Huelva el embajador del Reino Unido en España, Mr. Peter Torry, impuso esa condecoración a Isabel Naylor Méndez, vecina de la capital onubense.

Isabel Naylor Méndez tiene 70 años y una decidida apariencia de dama inglesa. De madre española y padre inglés, ama de casa y con seis hijos, llegó anoche a la Casa Colón del brazo de su marido, llevando con serenidad y elegancia la emoción. Durante décadas, ha llevado flores cada semana a la tumba de William Martin, ciudadano inglés al que la leyenda ha bautizado como el hombre que nunca existió, enterrado en el cementerio de La Soledad de Huelva.

El cadáver enterrado en Huelva fue un cebo del espionaje británico para engañar a Hitler

Detrás de William Martin se conserva una historia de espionaje real que supera a muchas obras de ficción. Los servicios de inteligencia ingleses idearon en 1943 una complicada operación para engañar a los agentes alemanes que había en la provincia de Huelva durante la Segunda Guerra Mundial. Los ingleses se sirvieron del cadáver de un desconocido que había muerto de una pulmonía en un hospital británico, para crearle una falsa identidad, Wiliam Martin, supuesto oficial de la Royal Marines. Le pusieron un uniforme de militar y una cartera atada a la muñeca, que contenía una serie de documentos falsos. Lo trasladaron en submarino hasta la costa española, y lanzaron el cuerpo sin vida al agua, en las proximidades de Huelva. Un pescador encontró el cadáver en la playa de La Bota, en Punta Umbría. La documentación indicaba que los ingleses planeaban una invasión de Europa a través de Grecia, por el Penopoleso. A Martin lo enterraron en Huelva. Y la documentación llegó a manos de Hitler, que cayó en el engaño. El dictador envió la mayoría de las tropas que tenía en Italia a Grecia, y el engaño dejó el terreno libre para que los ingleses realizaran la invasión por Sicilia. Una operación que enorgullece al espionaje británico, ya que consideran que contribuyó a salvar muchas vidas.

Nunca se ha conocido la identidad real de Martin, aunque un investigador británico sostiene que su nombre era Glyndwr Michael. Pero siempre ha habido flores frescas en su tumba: las que le lleva Isabel Naylor. La peripecia de Martin está recogida en un libro, titulado Huelva en la Segunda Guerra Mundial, de Jesús Ramírez Copeiro. Y fue llevada al cine en 1955 en la película inglesa El hombre que nunca existió, rodada en Huelva, que protagonizó Clifton Webb.

La aventura de Martin ocurrió cuando Isabel Naylor de Méndez tenía 14 años. Es hija de un ingeniero mecánico, que llegó para trabajar en la compañía Riotinto Minera, entonces de capital británico. Aquel hombre quedó prendado de la comarca y se enamoró de una onubense. Anoche, Isabel Naylor decía que ella siente que tiene dos amores: España e Inglaterra. 'Estoy muy emocionada. Casi no me salen las palabras. Nunca pensé que en mi otro país me fueran a reconocer con una condecoración tan importante lo que he hecho. Ha sido una sorpresa muy grande', dijo.

El cónsul británico en Sevilla, Charles Fomby, fue quien propuso a su embajador que había que premiar a Isabel Naylor. Ella aseguró que llevaba flores a la tumba de Martin para continuar una tradición iniciada hace décadas por su padre. Ya no recuerda el motivo por el cual aquel ingeniero británico adoptó esa iniciativa.

Se percibía que a Isabel le hubiera gustado recibir el galardón de manos de la reina de Inglaterra. Pero ha desistido a realizar el viaje. Por una cuestión de lealtad. 'No quieron separarme ni un minuto de mi marido, que se encuentra en un mal estado de salud', explicó.

Isabel Naylor, durante el acto en el que fue condecorada con la Medalla del Imperio Británico.
Isabel Naylor, durante el acto en el que fue condecorada con la Medalla del Imperio Británico.LOGAN

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