'Para que saliera bien la cumbre de Barcelona, pactamos hasta con el Sol'

Julia García-Valdecasas (Barcelona, 1944) es delegada del Gobierno en Cataluña desde hace seis años y desde diversos sectores se asegura que acaba de superar con éxito 'los días más tensos de su cargo', según sus palabras, a propósito de la cumbre europea de Barcelona.

Pregunta. ¿Es cierto que la Delegación del Gobierno pactó con los sindicatos y el movimiento antiglobalización los detalles de las manifestaciones para que salieran bien?

Respuesta. Los sindicatos tienen una larga experiencia en manifestaciones, pero no es fácil mover a miles de personas que llegan, se manifiestan y se van, especialmente con el tratado de Schengen suspendido. Hablamos con el Ayuntamiento para facilitar la llegada y salida de los autocares. También se negoció el servicio de orden de principio a fin. Eran gente muy disciplinada, muy organizada, que estaba en contacto permanente con la policía. Lo mismo hay que decir del servicio de orden del movimiento antiglobalizador, que se esforzó muchísimo en que todo saliera bien. Se pactaron incluso los ritmos porque si una manifestación se atasca se puede complicar mucho. Cuando empezaron los altercados, intentaron, pero no puedieron, controlar a los violentos, pero al ver que había tanta gente y que la manifestación no podía llegar al final, se pactó con ellos su disolución. Sin ese diálogo previo no hubiéramos conseguido nada. Para que todo saliera bien en la cumbre, hemos pactado hasta con el cielo y el Sol.

'El servicio de orden de los antiglobalizadores intentó, pero no pudo, evitar la violencia'

P. Esta vez la policía aguantó mucho antes de actuar.

R. La policía siempre aguanta mucho. Sé que en Barcelona ha habido actuaciones que han sido juzgadas con mucha dureza. A veces nos falta saber explicar por qué se hacen las cosas y en ocasiones no se quiere pactar con la policía el discurrir de una manifestación, como ocurrió en la del 24 de junio, con motivo de la anunciada reunión del Banco Mundial, y que finalmente no se llegó a celebrar.

P. El talante dialogante que ha mostrado estos días contrasta con las críticas de dirigentes del PP hacia algunos manifestantes antiglobalización.

R. Mi partido también tiene ese talante dialogante. Lo que pasa es que a mí me ha tocado llevarlo a cabo con todos los grupos con los que ha sido posible. Lo que está claro es que del diálogo con unos nos hemos beneficiado todos. Esta vez hemos conseguido hacer llegar nuestro mensaje a la sociedad de manera clara y transparente. Empezamos en septiembre, analizando posibles errores antiguos y a partir de ahí se inició el trabajo de prevención que ha resultado fundamental. La enorme implicación y colaboración de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona han sido claves desde el primer momento. Y luego, los ciudadanos, que han entendido las molestias que se les causaba.

P. ¿A qué atribuye ese consenso que ha predominado en Barcelona para evitar incidentes?

R. En los últimos meses ha cambiado el panorama internacional y el movimiento antiglobalización ya acepta que existen unos manifestantes violentos y que con ellos hay que tener una actitud activa de rechazo. En Barcelona, por primera vez se ha intentado y se ha logrado que los violentos no encontraran el amparo y el escudo de la manifestación. En este contexto, creo que hoy no se repetiría lo que ocurrió en el mes de junio con la reunión del Banco Mundial, cuando se intentó sin éxito que el movimiento antiglobalizador participara en ese encuentro y que al mismo tiempo se les dejara a ellos intervenir en los foros alternativos.

P. Algunas voces han cuestionado una supuesta marginación de Cataluña en esta cumbre.

R. Es la primera vez que las conclusiones de una cumbre se exponen en catalán. El presidente Pujol y el alcalde de Barcelona estuvieron en la recepción que dieron los Reyes y cada uno presidió sendas recepciones a los delegados y a los periodistas. En el centro de prensa había una parte de la exposición Cataluña hoy, el Ayuntamiento de Barcelona tenían su puesto correspondiente y el libro guía que se entregó tenía su versión en catalán. No podemos olvidar que era una cumbre europea. Creo que todos deberían estar contentos y no castigarnos, disfrutar lo que tenemos. Pensar que ha habido alguien marginado cuando se ha hablado de Barcelona en el mundo entero no tiene sentido.