Argentina creará un órgano supervisor de la banca para pilotar la reforma del sector
La reestructuración financiera es una exigencia del FMI para desbloquear los préstamos
El Gobierno argentino se ha propuesto encarar la crisis que asola el país con una ambiciosa reforma del sector financiero. El Ministerio de Economía trabaja en la creación de un órgano regulador de los bancos que pilotará la reestructuración del sistema financiero. Este instituto permitirá rebajar el coste de los servicios al cliente y evitar la amenaza que supone el retiro masivo de capitales cuando los consumidores no confían en el sistema. La reforma financiera es una de las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) para conceder créditos a Argentina.
El plan argentino consiste en la creación de un instituto autónomo con autoridad suficiente para ordenar 'la fusión y concentración' de bancos. El sistema dispondría de dos tipos de bancos, los que se dedicarán a las operaciones de transacción o minoristas, con los que se pretende bajar el coste de los servicios al cliente, y los de inversión, que colocarán los depósitos en 'instrumentos financieros del mercado de capitales' para evitar los riesgos del retiro masivo si se produce una nueva crisis de confianza.
En fuentes financieras se estima en un 90% la cantidad de bancos con dificultades para superar la crisis de confianza. El secretario de Finanzas del Ministerio de Economía, Lisandro Barry, asegura que 'el instituto, o agencia, encargado de la reestructuración y el rediseño del sistema financiero no ordenará el cierre de los bancos que se presenten como inviables. Los que no tengan inversiones fuertes en la región se marcharán del país y los medianos, como el Bansud o el Macro, podrían ser vendidos. Algunos de ellos pueden interesar a grupos extranjeros.
Los funcionarios advierten de que en Argentina, 'el 70% de los ahorros de la gente está en los bancos, mientras que en Estados Unidos, apenas el 10%. España está en una situación intermedia y ése es, de alguna manera, el objetivo'. Según cálculos privados, desde el pasado 3 de diciembre, cuando se impusieron las restricciones al retiro de los depósitos, el número de clientes de los bancos creció de unos 4,5 millones a 6,5 millones.
Incesantes disputas
Entretanto, en la llamada city financiera de Buenos Aires y en las zonas bancarias de las ciudades más importantes, los escándalos, las broncas y las disputas no cesan. La Defensa del Consumidor de Buenos Aires recibió en dos meses más de la mitad de las denuncias contra los bancos en relación a las de 2001. Los principales acusados por incumplimiento de servicios comprometidos y aumentos injustificados de costes, entre otras causas, son el BBVA-Francés, el Río y el Citibank.
Los directivos de bancos extranjeros reclamaron, en el momento más agudo de la crisis, la asistencia de sus embajadas por lo que consideran una 'persecución' y un 'desvío de responsabilidades' contra ellos. Los bancos se quejan de la presión a la que se ven sometidos por el Banco Central de Argentina (BCRA), superintendente del sistema financiero, que impone nuevas condiciones cada día. El pasado viernes el BCRA limitó al 5% del patrimonio computable a noviembre de 2001, o a un millón como máximo, la cantidad de dólares de que pueden disponer los bancos y les obliga a liquidar el excedente. De tal modo, el Banco Central trata de restringir la participación de los bancos en el mercado para frenar el alza de la cotización.
En su listado de demandas, los bancos agregan que la pesificación de las deudas en dólares de los gobiernos de provincias había afectado ya gravemente al patrimonio de los bancos. Las asociaciones que los representan reclaman una compensación estimada en 10.000 millones en títulos de la deuda pública por las diferencias entre los créditos pesificados uno a uno con el dólar y los depósitos que deberán devolver a 1,40 pesos por dólar.
Los economistas advierten de que sólo sufrirán pérdidas los bancos que tienen deudas por créditos tomados en dólares si el Gobierno no les garantiza un 'seguro de cambio'.
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