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Los empresarios españoles temen las pérdidas por un ataque a Irak

Ángeles Espinosa

Irak no es sólo uno de los tres países del eje del mal de George W. Bush. Bajo el programa humanitario Petróleo por Alimentos, Irak es también un negocio que mueve cerca de 10.000 millones de dólares (11.000 millones de euros) al año, de los que las empresas españolas lograron hacerse con 92 millones de euros (casi 80 millones de dólares) en 2001. Contratos por una cantidad similar se encuentran bloqueados en el Comité de Sanciones. Los exportadores españoles están convencidos de que un empujón del Gobierno les permitiría ampliar sus actividades, en especial ahora que Irak ha vuelto a incluir a España en su lista de países preferentes. 'Está claro que España debería tener una mayor asignación, pero eso no se producirá mientras nuestro Gobierno no se implique más', asegura Esther Bartolomé, coordinadora de CIECIK (Colaboraciones Industriales Hispanoiraquíes). Bartolomé recuerda la desafortunada declaración de José María Aznar en 1998 apoyando ciegamente el bombardeo de Estados Unidos. España perdió entonces su puesto preferencial en la lista del Gobierno iraquí. Ahora, Irak vuelve a primar a las empresas españolas, según ha anunciado su embajador en Madrid, Mohamed Abdulaziz, en una reciente reunión de asociados a CIECIK.

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Retrasos

Los exportadores se quejan de retrasos en los permisos del Comité de Sanciones, dificultades con las cartas de crédito y falta de apoyo oficial. 'Hay países que reciben los permisos muy rápido, como Francia o Italia', señala Bartolomé. Francia es uno de los países del Comité, pero en el caso de Italia todos coinciden en que su Embajada ante la ONU 'trabaja mucho'. Los atascos en Nueva York bloquean el trabajo. Para potenciar sus esfuerzos, los empresarios consideran que sería útil que la misión permanente de España, el único interlocutor aceptado por la ONU, pudiera dedicar un diplomático a los contratos.

A todas esas dificultades se añade ahora la sombra del 11 de septiembre y el eje del mal. 'Todos sabemos lo que significa la posibilidad de una acción bélica: la desaparición de los certificadores que dan fe de la llegada de las mercancías', explica el empresario Antonio Tello. Todos coinciden en que un eventual ataque estadounidense a Irak arruinaría a varias pymes españolas. Tal sería el caso de Bombas Omega, una empresa que en este momento tiene en camino hacia ese país un envío valorado en 540 millones de pesetas.

El Banco Nacional de París (BNP), depositario de la cuenta que gestiona el programa Petróleo por Alimentos, ideó una fórmula casi mágica: la compra de documentos al embarque de las mercancías, que permitía a las empresas con urgencia de efectivo adelantar el cobro de su mercancía y desentenderse de los avatares de la entrega. El portavoz del BNP dice desconocer por qué se ha suspendido. Sin embargo, los empresarios no tienen dudas. 'Lo congelaron a raíz del 11 de septiembre', asegura Martín Sánchez de Pablo, director gerente de Bombas Omega.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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