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Llamazares congela su pacto con Frutos por los vetos para la dirección del PCE

El líder de IU reclama para su sector un tercio de todos los órganos

Anabel Díez

La paz que parecía reinar en la primera jornada del XVI Congreso del PCE se interrumpió brusca e inopinadamente a primeras horas de la noche cuando Gaspar Llamazares congeló su acuerdo con Francisco Frutos al ver que sus pretensiones de ocupar un tercio en todos los puestos de dirección del partido se le antojó excesivo al secretario general saliente. Además de la discrepancia numérica el sector de Frutos vetó a determinados dirigentes afines a Llamazares. Las negociaciones continuarán hoy ante la imperiosa necesidad que mostraron los delegados de salir unidos para consolidar su pretensión de volver a tener voz en la sociedad a través de Izquierda Unida (IU). La mayoría confiaba en que recomponer hoy la unidad ya que si no muchos tirarían el carné comunista.

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Los prolegómenos del congreso del PCE, cargado de negociaciones entre el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares y el aspirante a la reelección en la secretaría general del PCE, Francisco Frutos, se fueron al traste en la primera jornada del congreso. La discrepancia entre los dos bloques que conformarían una mayoría holgada frente al sector minoritario que encabeza Ángeles Maestro dejó en segundo término el intenso debate de los delegados en torno al objetivo del PCE de ser fuertes en el movimiento antiglobalización y abrirse a los sectores que abiertamente rechazan la política del PP.

Lo cierto fue que las rencillas de la sexta asamblea de IU se reprodujeron. Los partidarios de Llamazares, que salió triunfante, frente a los de Frutos. La ruptura de las negociaciones se materializó con la recogida de avales por parte del sector de Llamazares para estar en condiciones de presentar hoy, antes de las ocho de la noche, una lista propia para el Comité Federal, único órgano, de 100 miembros, que elige este congreso. La recogida de avales la encabeza el senador por Baleares Manuel Cámara, el negociador por el grupo de Llamazares, con el andaluz Willy Meier del otro lado. Aunque la primera impresión fue que el desencadenante de la crisis se centró en el veto del sector de Frutos a la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, y a otra dirigente andaluza, Concha Caballero, enseguida los supuestos vetadores levantaron el rechazo a Aguilar. Otros nombres salieron como tachados por el grupo de Frutos, casi todos andaluces. Esta situación retrotrajo a la sexta asamblea de IU en la que el bloque andaluz se dividió entre partidarios de Frutos y de Llamazares.

Pero además de los nombres, casi lo de menos a primera hora de la noche, el desacuerdo fundamental vino por el número de sillas que ocuparán unos y otros en el Comité Federal. La pretensión de Llamazares ha estado siempre en que sus partidarios ocupen un tercio de todos los órganos de dirección. Además del Comité Federal, el Comité Ejecutivo (50) y la Permanente (13). Esta pretensión fue considerada excesiva por el grupo de Frutos. Aquí se rompió el acuerdo y nadie tenía intención anoche de ceder en sus posiciones.

Esta ruptura empañó todo lo demás y, sobre todo, el punto estrella de la jornada que parecía centrarse en la intervención de Maestro, que sí presentará su propia candidatura. También quedó en la nebulosa el discurso integrador de Frutos pronunciado por la mañana en el que remarcó el papel del PCE a favor de Izquierda Unida con la que nunca 'debe competir'. El secretario general saliente consideró urgente que el PP pierda el Gobierno cuanto antes ya que si continúa mucho tiempo 'consolidará un sistema que nadie pueda desmontarlo posteriormente'. Frutos no entró a fondo en la política de alianzas ni tampoco en la situación de CC OO, aunque dejó claro que el sindicato debe tener mayor capacidad reivindicativa y movilizadora. Tampoco quiso Frutos mencionar su conocido desacuerdo con la entrada de Ezker Batua en el Ejecutivo vasco, para no entrar en conflicto público con Llamazares. Pero la discrepancia entre ellos, a través de sus representantes, saltó en los despachos.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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