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Zapatero defiende un modelo no radial de infraestructuras ante empresarios catalanes

Francesc Valls

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo ayer un sigiloso acercamiento al empresariado catalán. En un almuerzo mantenido en la más absoluta reserva con la plana mayor del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE) y con relevantes empresarios catalanes, el líder de la oposición socialista desgranó un discurso de corte federalista. Rodríguez Zapatero habló de potenciar Barcelona como sede de agencias estatales, de convertirla con su activo de nueva economía en capital tecnológica de España. Y todo ello sazonado con un ingrediente fundamental: unas infraestructuras no radiales. Al almuerzo asistieron los empresarios José Manuel Lara (Planeta), Joan Molins (Cementos Molins), Antoni Brufau (Gas Natural), Mariano Puig (Antonio Puig, SA), José Martínez Rovira (Mediaplanning), Josep Maria Roviralta (Celsa) y Rafael Villaseca (Panrico). Entre los dirigentes de IESE se encontraban su director general y anfitrión, Jordi Canals, y el profesor Antonio Argandoña.

El almuerzo comenzó pasadas las 13.30 y concluyó poco antes de las 17.00 horas. El secretario de Economía del PSC, Antoni Castells, fue el único acompañante socialista que tuvo Rodríguez Zapatero.

El presidente del Partit dels Socialistes, Pasqual Maragall, así como el primer secretario del PSC, José Montilla, siguieron estrictamente el programa previsto. Quizá con ello, Rodríguez Zapatero perseguía tener una relación más directa con los empresarios catalanes.

Varios empresarios asistentes al acto subrayaron la actitud dialogante del secretario general del PSOE. El contraste era fácil de establecer: el pasado mes de noviembre, el presidente José Maria Aznar, en ese mismo foro, criticó duramente la cultura de la queja en que a su juicio se ha instalado el empresariado catalán frente a Madrid. Las ácidas expresiones de Aznar flotaban todavía ayer en la sala. Así que no era difícil que un discurso sin aristas y en clave federalista -como el de Rodríguez Zapatero en Barcelona- sonara mejor a oídos de los comensales.

Con todo, algunos de los empresarios asistentes insistieron en que el almuerzo constituyó una toma de contacto general: hubo referencias al desempleo, a la inmigración y a otros asuntos que también inquietan a la élite económica catalana, como la ya citada cuestión de las infraestructuras, donde Rodríguez Zapatero pudo y de hecho marcó distancias con el Partido Popular y con Convergència i Unió.

Este es el tercer encuentro que se produce entre el secretario general del PSOE y el mundo empresarial catalán. El primero fue en el Círculo Financiero, y posteriormente en el marco de Tribuna Barcelona.

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