Ángel Rupérez debuta como narrador con una historia de introspección

El poeta, crítico de poesía y profesor de Literatura Ángel Rupérez (Burgos, 1953) acaba de debutar en la narrativa con Vidas ajenas (Debate), una novela llena de introspección y reflexiones que relata la enigmática historia de una pareja de norteamericanos, Daniel y Laura, que tratan de deshacerse en Madrid de la herencia del primero ante la curiosidad del narrador, un hombre con tiempo suficiente como para seguir muy de cerca la pista de ese legado básicamente libresco y el desmoronamiento del amor y de las vidas de los novios.

Desde las primeras páginas, Rupérez deja claras sus preferencias estéticas: párrafos largos, reflexiones pausadas, perspectiva muy individualista que da paso a largos diálogos y a muchos encuentros y desencuentros. Su voluntad de estilo recuerda a Henry James, pero también a Proust. Y él no lo niega. 'Son dos de mis modelos preferidos, y no hay que olvidar que Proust fue muy forofo de James. En la novela, la intriga se supedita a la fuerza de los pensamientos del narrador, a su curiosidad por resolver el enigma de esas personas, al deseo de saber lo que no sabe'.

Por otro lado, Vidas ajenas es una novela muy madrileña, en la que la ciudad es un espacio claramente delimitado, y muy presente en la acción, o en la no acción. Más aún, aparece sobre todo, con los nombres de sus calles y sus plazas, el barrio del autor, Chamberí, y todo sucede en una época determinada: el otoño. 'Es la estación en la que transcurre todo. Por una doble razón: su carácter verosímil y su condición simbólica'.

El libro narra el decaimiento existencial, la desintegración del amor entre Laura y Daniel, el fracaso de sus vidas y el despojamiento de su pasado. 'Son extranjeros en sí mismos, aunque eso no guarde una relación directa con Camus', dice Rupérez.

En ese sentido, no hay apenas optimismo en la novela, aunque al final asome una leve esperanza de reencuentro, de cierta recuperación. A Rupérez no le asusta la melancolía que trasluce la novela. Sólo le preocupa que sea injustamente recibida como una novela de poeta. 'Eso no, por favor, eso no'.