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Expertos en ADN antiguo establecen en 100.000 años el límite de antigüedad

Los científicos españoles se agrupan para evitar ilusiones y falsedades

Hoy parece claro que no es posible convertir en realidad el argumento de la película Parque Jurásico, revivir animales extinguidos de hace varios millones de años de antigüedad. Los expertos piden rigor y establecen en 100.000 años el límite máximo de edad de una muestra de la que se puede intentar obtener material genético.

La revista Nature publicó en 1993, en portada, la foto de un insecto de hace 130 millones de años atrapado en ámbar. Esa mosca chupadora de sangre, según se explicaba en la publicación, conservaba en su interior el material genético de una bacteria que podía incluso ser clonado en otra bacteria viva. Este es uno de los casos que Jaume Bertranpetit, de la Universidad Pompeu Fabra, pone como ejemplo de 'las múltiples ilusiones y falsedades' que ha habido en el campo del ADN antiguo.

Recientemente se ha celebrado en Miraflores de la Sierra (Madrid) la I Reunión de ADN Antiguo en España para formar el grupo de trabajo español en esta área. Organizada por Antonio Alonso (Instituto Toxicológico Nacional), José Fernández Piqueras (Universidad Autónoma de Madrid) y Concepción de la Rúa (Universidad del País Vasco) en ella se discutieron directrices básicas para asegurar una investigación de calidad en este campo en España.

En esta reunión Bertranpetit separó los éxitos de los fracasos de este tipo de investigación. Tras la euforia de los primeros trabajos, a principios de los noventa, los batacazos han sido sonados. Aunque el autor del artículo de la bacteria resucitada, Raúl Cano, sigue manteniendo hoy que es posible revivir microorganismos de hace millones de años, dos investigadores de la Universidad de Sevilla, Gabi Gutiérrez y Antonio Marín, han demostrado ya que ese trabajo era un fraude. Y están los de ADN supuestamente procedente de huesos de dinosaurio de hace 80 millones de años (Science, 1994); y de hojas fósiles de magnolia de 15 millones de años (Nature, 1990).

'Todos los resultados de muestras de más de 100.000 años han resultado ser falsos', dice Bertranpetit. El material genético se degrada demasiado más allá de ese tiempo. 'Lo que pasa es que las grandes revistas, que publican los resultados iniciales, luego no publican que eran erróneos. Es un problema de sociología de la ciencia'. Los investigadores con más prestigio, como Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva (Leipzig, Alemania), recomiendan ahora criterios estándar para garantizar la calidad.

El problema es la contaminación. El ADN recuperado de restos antiguos -algo ya de por sí muy complejo- es multiplicado mediante PCR; la técnica es tan sensible que cualquier fragmento de ADN flotando en el ambiente puede ser también amplificado, contaminando la muestra. Los laboratorios deben estar preparados para evitar que esto ocurra, por ejemplo con iluminación por luz ultravioleta que destruye el ADN en el ambiente cuando los investigadores no están. Además, los resultados deben ser replicados por otro laboratorio.

Según Bertranpetit pocos laboratorios españoles cumplen estos requisitos, y la consecuencia es que 'aunque este campo ha atraído a mucha gente en España, la calidad no es alta y eso hace que no se logre publicar en revistas internacionales', afirma.

Los trabajos de ADN antiguo que sí han sobrevivido a la revisión crítica no son menos espectaculares que los erróneos. Desde 1985 se ha logrado secuenciar ADN de una treintena de organismos, entre ellos el lobo marsupial, el moa -parecido al avestruz-, el quagga -similar a la cebra-, el oso cavernario, el mamut -el más antiguo, de hace unos 40.000 años-, o el neandertal.

El último de la lista es Myotragus balearicus, un cáprido de aspecto muy extraño endémico de Baleares que se extinguió hace unos seis milenios, cuando las islas empezaron a poblarse. Carles Lalueza, de la Universidad de Barcelona, adelantó en Miraflores que ha secuenciado parte del genoma de Myotragus y ha podido esclarecer así el árbol evolutivo de este cáprido. 'Myotragus era realmente raro. Tenía los ojos en posición frontal e incisivos de crecimiento continuo, como los roedores. Era pequeño como un gato, y robusto. Debía de andar de forma muy peculiar', explica Lalueza, que también tiene en su currículo la secuenciación del primer genoma funcional entero de una especie extinguida, el moa.

Varias muestras, la más antigua de 7.500 años, señalan a un cáprido que vive en Asia como el pariente más cercano de Myotragus. Y, como pasa a menudo, la genética ha revelado detalles ocultos en un análisis morfológico: 'Es el cáprido de más tamaño, y Myotragus el más pequeño', dice Lalueza, que se propone ahora determinar el color de su pelaje buscando en las muestras un gen asociado al pelo rojo en humanos.

Otro de los éxitos del análisis de ADN antiguo es la determinación de que neandertales y Homo sapiens son especies distintas cuyo ancestro común vivió hace 500.000 años, mucho más atrás en el tiempo de lo que se creía. La tarea no ha sido fácil. Se ha intentado sacar ADN de unos 40 restos de neandertales y sólo se ha logrado en cuatro casos. Además, en ADN humano es más difícil saber si hay contaminación. Pero ahora la mayoría de paleoantropólogos admiten que los neandertales evolucionaron en Europa mientras que los antepasados de los humanos actuales, los cromañones, lo hacían en África.

Lalueza ve sin embargo una pega: 'Los detractores de esta hipótesis aducen que hemos comparado ADN de neandertal con ADN nuestro, y que en realidad no sabemos cómo era el ADN de cromañones. Y tienen razón'. Por eso ha trabajado con muestras en muy buen estado de un esqueleto de mujer hallado en Italia y datado en 25.000 años. 'La hipótesis es que su material genético debe ser muy parecido al nuestro, y efectivamente eso es lo que encontramos', dice. Sin embargo, reconoce que le va a ser muy difícil publicar el trabajo: es un ADN tan parecido al de los humanos actuales que ¿cómo demostrar que no ha habido contaminación?

'No podemos asegurar que el ADN hallado sea de cromañón, pero sí que hemos seguido todas las recomendaciones especificadas por Pääbo -análisis de aminoácidos, clonación de los productos de PCR y replicación independiente- y, sencillamente, ya no se pueden hacer más cosas', afirma Lalueza. 'En el futuro, cuando se vaya recuperando ADN de más cromañones, los resultados se encargarán de confirmar estos primeros resultados'. También en el caso del ADN neandertal fue el segundo trabajo el que confirmó los resultados, señala este experto.

Himenóptero atrapado en ámbar hallado en Peñacerrada (Álava).
Himenóptero atrapado en ámbar hallado en Peñacerrada (Álava).MCN ÁLAVA

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