Intervenidas 200.000 piezas de una colección arqueológica en Écija
La operación fue llevada a cabo por la Guardia Civil en un cortijo
La intervención de una colección arqueológica de más de 200.000 piezas en Écija 'es, sin lugar a dudas, la operación más importante' de este tipo realizada en España 'por su incalculable valor artístico, histórico y científico'. El portavoz de la Guardia Civil fue ayer tajante a la hora de definir el formidable conjunto arqueológico intervenido por el instituto armado el pasado martes en un cortijo de la localidad sevillana.
'Hemos quedado desbordados por la calidad y la cantidad de las piezas', señaló el portavoz de la Guardia Civil en una conferencia de prensa en Sevilla. 'Habrá que esperar meses para tener un conocimiento exacto de todo lo que hay en la colección', agregó este portavoz. De momento, 'no está todavía visto ni un 5% del material', aseveró.
Los objetos que integran la colección intervenida en la Operación Tambora (nombre del cortijo) están datados entre el año 3000 a. C. y la llegada de los árabes a la península Ibérica. La colección pertenece a Ricardo Marsal. 'La juez está instruyendo diligencias y el dueño [de la colección] está colaborando. El dueño está puesto a disposición judicial', dijo el portavoz del instituto armado. Los objetos arqueológicos permanecen por orden judicial en el cortijo.
Entre las piezas intervenidas figuran esculturas romanas e iberas; elementos arquitectónicos monumentales; cerámicas de origen fenicio, griego, púnico (cartaginés) y romano; una colección de armamento romano e ibero; monedas -de oro y plata- romanas, paleocristianas (arte cristiano primitivo hasta el siglo VI), visigóticas y musulmanas; elementos de entornos funerarios; y una colección de sellos de ánforas romanas, entre otras.
Además, la colección incluye unas 25 cajas de sellos con 'un alto valor histórico, ya que están relacionados con el comercio del aceite en el sur de la península, lo cual permitirá a los historiadores analizar las rutas del aceite durante el imperio romano'. Algunos de los objetos intervenidos 'se encuentran en perfecto estado de conservación; otros son piezas únicas y de incalculable valor'.
Aparte de los elementos señalados, el arqueólogo que participó en la operación, José Manuel Rodríguez Hidalgo, hizo hincapié en 'un león ibérico entero', escultura de la que destacó su 'gran tamaño'.
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Sevilla y la Junta de Andalucía colaboraron en la intervención. La operación comenzó el pasado verano cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de 'actividades irregulares' llevadas a cabo desde hacía varios años en Écija por un coleccionista de piezas arqueológicas.
Expolios
Las primeras investigaciones constataron un 'movimiento inusual de profesionales dedicados al coleccionismo de piezas arqueológicas' en las inmediaciones de un cortijo. La mayoría de estas piezas, según recalca la Guardia Civil, proceden de 'expolios', una actividad que trae de cabeza a la Junta, dado que supone un importante deterioro del patrimonio público. La extracción de piezas arruina en muchas ocasiones el contexto arqueológico al que pertenecen. Es el caso de los entornos funerarios.
Los agentes del Seprona, acompañados de un arqueólogo de la Junta, registraron el cortijo. Las piezas estaban colocadas en vitrinas y dispuestas con una rudimentaria catalogación que carecía de 'rigor científico'. Cada elemento estaba identificado con la fecha de adquisición, lugar de procedencia e, incluso, 'un mapa de la zona de expoliación'. Esta circunstancia facilitará la labor del instituto armado porque ha puesto de relieve la existencia de yacimientos arqueológicos desconocidos. Los expoliadores del rico patrimonio arqueológico andaluz lo van a tener más complicado. En la colección hay también objetos procedentes de otras provincias españolas.
Para darse cuenta de la magnitud de la operación basta saber que hay catalogados 2.662 yacimientos en Andalucía. Tras un primer análisis la Guardia Civil ha comprobado que más del 50% de las referencias a yacimientos que figuran en la colección no están recogidas en el sistema de información de la Junta. Se trata, pues, de yacimientos desconocidos que podrán ser objeto de protección a partir de ahora.
La delegada de la Consejería de Cultura en Sevilla, María Isabel Montaño, se felicitó de que el 'patrimonio público de los andaluces se ha enriquecido notablemente después de esta operación'. Montaño no quiso aportar ninguna opinión sobre las diligencias que lleva a cabo la juez en Écija. 'Es aventurado e imprudente avanzar cuáles serán esas medidas', dijo sobre la responsabilidad judicial en la que pueda haber incurrido el dueño de la colección. Montaño recalcó el martes que la colección 'procede de expolios y es ilegal'. 'La ley de Patrimonio marca que los elementos procedentes de excavaciones son bienes públicos', indicó la delegada.
Un caballo y una espada
Un auténtico aperitivo para abrir boca a los aficionados a la arqueología brillaba ayer con fuerza. La Guardia Civil presentó algunas de las piezas más representativas intervenidas en la operación. La cabeza de un caballo ibérico se erguía con fiereza y, a la vez, recordaba una época anterior a la implantación, por la fuerza de las armas, de la paz romana. Una falcata, también ibérica, procedente de la necrópolis de Cerro Boyero (Córdoba) daba fe del espíritu aguerrido de los antiguos pobladores de la península. La falcata era una espada de hoja curva que los guerreros ibéricos empleaban en los combates. Era el arma ibérica por excelencia. Un puñal de dos antenas hallado en la necrópolis de Cerro Boyero y una figurilla de ciervo encontrada en Alcolea del Río (Sevilla) enriquecían esta muestra.
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